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Anda y haz tú lo mismo
ciente pobreza han generado nuevas formas de exclusión. En palabras
del autor, «México sufre una prolongada y creciente crisis de soberanía
y deterioro económico que alcanza ya a la mayoría de la población tras
dos décadas de políticas de ajuste impulsadas por los gobiernos neoli-
berales, producto de la inserción desigual del país en la globalización y
de su histórica subordinación estructural» (p. 16).
Ante lo anterior, el reto para la universidad es formar parte de un
proceso de transformación de la sociedad, y:
[…] reclama una postura universitaria que se traduzca en una atención
crítica permanente orientada a entender, reflexionar y transformar las
diversas prácticas de enseñanza-aprendizaje y sus acciones de vincula-
ción social, con el fin de convertirlas en oportunidades para encontrar-
se y dialogar con los sujetos y actores sociales, para recrear el
sentido
del proceso formativo, orientado
a formar hombres y mujeres capaces
para y con los demás, ofreciéndole rumbos y significados al tiempo de
participar comprometidamente en la transformación de las actuales
condiciones de existencia de vastos segmentos de la sociedad, donde
estas capacidades son requeridas
(p. 18).
El capítulo segundo presenta una reseña histórica sobre el surgimiento y
propósitos del servicio social en nuestro país. Por un lado, muestra la
herencia histórico cultural que asume el trabajo comunitario como un
valor en beneficio de la sociedad, aún vigente en muchas de nuestras
instituciones. Por otro, las desviaciones y vicios que con el tiempo han
desvirtuado esta idea original de considerar el servicio social como la
posibilidad de realizar el «ejercicio de la
práctica profesional en benefi-
cio o interés de la sociedad» (p. 27). De aquí que surgen una serie de
sugerencias para su reformulación, entre las que destaca la propuesta
de la Universidad Iberoamericana Puebla.