Roberto Ignacio Alonso Muñoz
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Jesús en América Latina (
AUSJAL
) difundió el texto
Desafíos de Amé-
rica Latina y Propuesta Educativa
AUSJAL
. Siete años después, en
2001, fue el turno del
Plan Estratégico
AUSJAL
. El primero consiste en
un análisis del entorno para encauzar la trayectoria del segundo y en él
se revela un panorama desalentador. Las sociedades latinoamericanas
padecen graves males estructurales, existe una baja productividad so-
cial, las mayorías están excluidas de la dinámica del mercado, prevalece
una cultura de individualismo posesivo y la forma de hacer política ha
fracasado perdiendo valor y credibilidad.
Frente a este cuadro el
Plan Estratégico
delinea prioridades estra-
tégicas con miras a hacer de las universidades fuentes de contribución
para sociedades más justas y gobernables. Entre ellas, la superación de la
pobreza desde una comprensión causal integral, el impulso de un sistema
educativo nacional de calidad, la formación de sujetos emprendedores
con compromiso y responsabilidad social, y la construcción de un Estado
social de derecho que respete los derechos humanos. Para satisfacer este
propósito el documento plantea formar a la persona en dos dimensiones.
En primer lugar, para asumir una realidad que, a pesar de su enor-
me ambigüedad, requiere discernimiento y cambios creativos para cons-
truir más humanidad. Esta dimensión se constituye por cuatro elementos
formativos: experiencias vivenciales con comunidades necesitadas, co-
nocimiento de la historia contemporánea, capacidad profesional y senti-
do de lo público.
En segundo lugar, se forma a la persona de manera integral para el
cambio. Adiferencia de la formación educativa en el mantenimiento y la
expansión de lo dado, una educación de inspiración cristiana conduce la
formación de un sujeto que entienda su vida abierta no sólo a Dios sino
al Otro, es decir, que es y se realiza con los demás siendo para los
demás. Ya lo dijo el padre Arrupe: «Nuestra meta y objetivo educativo