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Aprendiendo a ser críticos
en la teoría cognitiva-moral de Lonergan (1999). Todos los seres huma-
nos usamos una serie de operaciones mentales internas (no observa-
bles) para procesar la realidad. Una operación mental es una acción
mental que realiza el alumno, el profesor o cualquier persona. Algunas
de estas operaciones son: ver, oír, sentir, oler, gustar, preguntar, recordar,
imaginar, memorizar, repetir, analizar, comparar, entender, explicar, con-
cebir, formular, hablar, escribir, hipotetizar, conceptualizar, calcular, re-
coger evidencias, razonar, reflexionar, ordenar y ponderar las evidencias,
argumentar, juzgar, deliberar, evaluar, decidir…
Cuando el sujeto utiliza conscientemente, recurrentemente y con
destreza una operación mental, ésta se convierte en habilidad mental. A
través de los datos de los sentidos podemos llegar a la intelección y de la
intelección a la reflexión y al juicio. «La reflexión pregunta si tal com-
prensión y tal formulación son correctas. El juicio responde si son o no
correctas» (p. 339). Las operaciones mentales tienen distinto grado de
complejidad.
Para Lonergan, el desarrollo intelectual es una construcción del
propio sujeto que va logrando a partir de sus propias intelecciones, razo-
namientos, argumentos y juicios. ¿Cómo llega el sujeto a criticar, argu-
mentar y formular juicios fácticos? Lonergan (1999) plantea que cada
sujeto puede llegar a ellos siguiendo un método cognitivo interior. Un
primer nivel del método consiste en que el alumno atienda los datos de
los sentidos y de la conciencia. Después, la relación entre datos, la for-
mulación de hipótesis y la indagación le hará posible el entendimiento de
los datos. En tercer lugar mediante la recolección de evidencias (a favor
y en contra), la comprobación, el sopeso de pruebas, la reflexión crítica,
la argumentación y el juicio fáctico, se reconoce lo que es realmente así,
y lo que es independiente de nosotros y de nuestro pensamiento.
Cognitivamente implica recoger datos y conocer el objeto, la situación,