María Eugenia de la Chaussée Acuña
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Por otro lado, se puede criticar tanto la obra de otros como la de
uno mismo (autocrítica).
La crítica puede ser de diversos tipos:
a
) a favor,
b
) en contra,
c
) constructiva y
d
) destructiva.
La crítica a favor («estar de acuerdo con») es cuando el sujeto
coincide con los juicios expresados, se adhiere a los mismos, los defien-
de o los confirma recurriendo a diversas pruebas o argumentos.
La crítica en contra («estar en desacuerdo con») es la antítesis de
la anterior, induciendo generalmente a la censura. Se descartan, recha-
zan, rebaten o impugnan las pruebas, los argumentos o los juicios por
inadecuados, irrelevantes, incoherentes, contradictorios, erróneos, fal-
sos, o poco probables. Se manifiesta con frases desfavorables.
La crítica constructiva tiene por finalidad proponer nuevas eviden-
cias, argumentos o soluciones alternativas a los problemas o deficien-
cias que se expongan en la crítica. Se puede aceptar que los juicios
tienen algo de verdad pero es preciso modificarlos en algunos aspectos
importantes. También se puede reformular un juicio ya existente de modo
que su nueva versión lo explique más cabalmente. Otra alternativa es
conciliar dos o más posturas aparentemente diversas apelando a otros
argumentos o criterios. Asimismo, el sujeto puede retractarse de un ar-
gumento o juicio asumido previamente teniendo en cuenta nuevas evi-
dencias o argumentos.
En contraposición a la crítica constructiva está la crítica destructiva
o aniquiladora. Esta crítica tiende a atacar, devastar, desbaratar, des-
truir, descalificar o menospreciar la obra por sus evidencias, argumentos
o juicios. La crítica destructiva tiene efectos inhibidores sobre la gene-
ración de ideas. Puede inhibir o anular al sujeto.
Todos nos beneficiamos de las críticas, aun de críticas en contra
pero constructivas, ponderadas, mesuradas, justificadas y justas. Debe-