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María Eugenia de la Chaussée Acuña
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niente preguntarle por sus razones. Una crítica se juzga por las eviden-
cias y argumentos que se formulan. Una crítica vale lo que vale por las
razones, argumentos y datos que la sostienen. Debemos preguntarnos si
esa crítica tiene sentido o no, si está bien fundamentada o no.
Todos elaboramos propuestas (proposiciones) o bien declaramos,
aseguramos o afirmamos algo (aseveramos). La propuesta se elabora,
manifiesta y ofrece con un fin. Se expresa para demostrarla y sea adop-
tada por otros. Toda proposición trata de convencernos de algo. Se res-
palda la proposición con distintos argumentos. Se presentan datos que
prueben que la proposición o postura o punto de vista es el correcto.
También formulamos hipótesis (supuestos) que se consideran ciertas y
se buscan evidencias para probarlas. Para esto se usan proposiciones
generales que se tratan de fundamentar con diversos tipos de datos y
argumentos. Una proposición es cualquier afirmación susceptible de
verificar su veracidad o falsedad.
Lo que uno propone o asevera entraña un tema central que se va a
apoyar por premisas, razones o argumentos que sirven como prueba de
lo que uno está sosteniendo. Al criticar a favor se defiende determinado
argumento. Al formular una crítica en contra se ataca algún argumento.
Se identifican los puntos más débiles de la argumentación. Cuando se
ataca un argumento puede ser que las pruebas o evidencias contradicen
la conclusión o las pruebas son inadecuadas o falsas.
También puede ocurrir que un argumento no sea coherente con los
hechos objetivos, sea porque las razones esgrimidas son faltas o porque
las implicaciones o resultados de la conclusión sean falsos.
Hay una contradicción cuando se efectúan dos afirmaciones que
no pueden ser ciertas a la vez.
Identificamos cuando alguien está criticando porque utiliza algunas
expresiones tales como: