Página 96 - magistralis

Versión de HTML Básico

María Eugenia de la Chaussée Acuña
95
cluir). Sin embargo, no se observa que tengan una idea común de lo que
son estas operaciones y de cómo ponerlas en juego en su mente. Mu-
chas de las respuestas son poco claras, parecen mecánicas (memoriza-
das y expresadas), contradictorias o poco reflexionadas. Particularmente,
en relación con lo que es criticar, para algunos es dar una opinión, para
otros dar un punto de vista o dar a conocer lo positivo y lo negativo de
algo. Para una profesora, criticar es «emitir un juicio sin reflexionar, sin
tener la información necesaria» y para otra «juzgar antes de conocer la
situación y emitir un juicio».
Los alumnos no pueden aprender a criticar si los profesores no les
enseñan cómo hacerlo. Se requiere que los profesores trabajen más
sobre sus propias operaciones mentales.
La esencia de la crítica es entender y analizar a fondo la obra de
alguien, reconocer sus aciertos y deficiencias, cuestionar si los argu-
mentos y las evidencias son ciertos o no, y continuar el debate a fin de
promover nuevas ideas, miradas o descubrimientos.
No es recomendable la aceptación ciega y acrítica de los datos,
argumentos y conclusiones de otros sólo porque fueron publicados o
bien recibidos por el público. Todos nos beneficiamos con una crítica en
contra pero constructiva, mesurada y justa.
La crítica equivale a una evaluación. Luego debe ser cuidadosa, pon-
derada, justificada y, sobre todo, imparcial. Cualquiera puede cometer erro-
res y puede cambiar de argumentos y juicios con el paso del tiempo.
El escrutinio debe realizarse permanentemente porque es así como
rastreamos lo que no es obvio y descubrimos detalles que no son trivia-
les. Uno tiene que escudriñar, es decir, revisar cuidadosamente los da-
tos, ponerlos en duda.
Al estar leyendo podemos estar en desacuerdo con el autor. Pero,
¿cuáles son las evidencias y los argumentos que nos llevan a estar en