Página 12 - abril2013

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formando el
mosaico
[ 12 ]
H
ace unos meses, una amiga de la fami-
lia nos contó que en su visita a la librería
Gandhi, preguntó sorprendida e involunta-
riamente cómica a uno de los trabajadores:
“Oiga joven, ¿y esto les deja?”. El joven no entendió
muy bien, por lo que ella reformuló la pregunta: “Sí,
esto de los libros, ¿les deja aunque ya nadie lea?”.
Él le aseguró que sí, que la librería vendía bastante
bien. Quién sabe si la respuesta fue sincera o una
simple defensa al orgullo. La verdad es que no es
ninguna noticia que los mexicanos no leamos. Sea
cual sea la razón
sistema educativo, anteceden-
tes históricos, capitalismo, manipulación, o cual-
quier otra explicación
, no se necesita de mucho
para notarlo. Aunque se esté en un ámbito acadé-
mico donde se espera conocer lectores insaciables
o al menos regulares, el lector en México es una fi-
gura contracultural que se va acercando cada vez
más al escriba del antiguo Egipto, como si el gusto
por la lectura fuera más un don que cuestión de personalidad o
formación.
Si hablamos, pues, de una contracultura, tenemos que hablar
de lo que en este aspecto significaría cultura. Sin duda no seré el
primero que hable del predominio que las imágenes significan no
sólo para los mexicanos, sino para el mundo entero. Es evidente
que el contenido de un libro no puede ser apreciado y digerido de
la misma manera, aunque se le lleve y adapte a otros medios. Por
lo que cabe preguntarse si habrá manera de regresar a los libros
al trono de la cultura, cuando el futuro y la vida que trae
consigo viajan a velocidades cada vez mayores. Hay
dos opciones: la primera consiste en seguir la vía de
la contracultura, que con suerte conservará a los lec-
tores existentes y traerá consigo algunos adeptos más;
la segunda es favorecer a una lenta transición hacia un
mundo de las imágenes más rico. El cambio de formato del co-
nocimiento nos lleva a buscar alternativas dentro de esa misma
reestructuración. El Internet y las nuevas tecnologías audiovisua-
les están ofreciendo, cada vez más, a personas la posibilidad de
transmitir información de esta manera, momento que podría ser
comparado con el de la alfabetización o la invención de la impren-
ta. Así es, desde hace menos de una década hemos sido testigos
del nacimiento de un nuevo lenguaje cada vez más utilizado. No
me atrevería a decir si es bueno o malo, pero sí puedo asegurar
que es un cambio importante para la manera en que entendemos
el mundo y que tal como la lengua escrita y la lectura lo hicieron
en un momento, va tomando más forma conforme nos acostum-
bramos a él.
Al final, la falta del hábito de la lectura en la cultura mexicana
puede no ser ya un problema, sino un síntoma de cambio
quizá
favorable, quizá no
de algo nuevo, un medio que probable-
mente se adecue más a la manera en que los seres humanos
de hoy vivimos. Me gustaría dejar un
ejemplo, para quien esté interesado,
de las formas en que los medios de
hoy en día manejan la información
de una manera más rápida
ha-
blando al menos del tiempo de con-
sumo
y atractiva, no sin antes aclarar que a los libros nada se
les va a comparar y que, al menos para mí, para algunos de mis
contemporáneos y para algunos cuantos por venir, serán siempre
un lugar en el que podamos descansar del torbellino que es hoy
la realidad. El ejemplo lo podrán encontrar en YouTube buscando
RSA Animate - The Power of Outrospection.
Un video cuyo for-
mato es, a mi parecer, muestra de la transición de la que hablo.
Por Daniel Benavides Mariño, alumno
de la Licenciatura en Comunicación
La cultura
que no lee
¿Síntoma o
enfermedad?
Al final, la falta del hábito de la
lectura en la cultura mexicana
puede no ser ya un problema,
sino un síntoma de cambio.
Ilustración: Lissette Rojas Tejeda