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formando el
mosaico
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La lectura es la puerta
a la cultura
Por Fernanda Sarao Oramas, alumna de la Licenciatu-
ra en Ciencias Políticas y Administración Pública
“Todo aquel que lee, deja
en un cajón de sus recuerdos una
anécdota más para su existir”
Recuerdo que a la edad de siete años mi padre trataba de
fomentar mi lectura muy inteligentemente. Digamos que obte-
nía una remuneración por cada libro que leyera, supongo que
no estaba pensando precisamente en su economía y me esta-
ba subestimando. Al paso del tiempo, leyendo los libros que él
me daba, encontré el maravilloso gusto de leer una novela para
niños, resultado de mi inmensa imaginación, incluso supongo
que pensó… ¡Mejor le hubiera ofrecido dulces!, ahora le resulta
tacaño comprar tres libros por mes. Ironías de la vida.
Les contaré otra anécdota curiosa de mi padre. Siempre ha
sido un hombre crítico de la política, no se puede perder la edi-
ción de algún periódico, ni mucho menos las columnas y los ar-
tículos de ella. A los 16 años, aun haciendo su labor de padre al
querer seguir fomentando mi lectura, pensó que sería importante
que empezara a leer cosas con más relevancia en sentido de
la sociedad. Empecé leyendo artículos, columnas de diversos
autores, diversos periódicos y, por supuesto, libros de política
de varios países. Mi papá siempre se inclinó porque leyera a
grandes mujeres mexicanas como: Lydia Cacho, Carmen Aris-
tegui, Denise Dresser… ¿Cómo no iba a pensar que no quería
ser como ellas? Así que un día me decidí… le dije a mi papá que
quería ser como ellas, que estudiaría política y me haría critica de
ella, escribiendo… ¡Lo tomó muy mal! Se oponía completamente
a la idea de que estudiara eso. Lo irónico se encontraba en que
él mismo me había fomentado el gusto. Fue tanta mi simpatía
que encontré mi vocación en ello. Le tomó un año, muchas pe-
leas y al final, aquí me encuentro.
Lo cierto es que la lectura es benéfica en muchos rubros. Lo
decepcionante es vivir en un país donde su población prefiere
leer TV Notas y Novedades.
La importancia que tiene la lectura en un país es punto clave,
ya que ésta influye en ámbitos económicos, políticos y sociales.
Incluso un país desarrollado puede ser producto del alto nivel de
intelectualidad, que es un resultado de una lectura nutritiva.
México ocupa el penúltimo lugar en hábitos de lectura de una
lista conformada por 108 naciones del mundo, con un promedio
de lectura de 2.8 libros anuales por habitante, cifra muy alejada de
los 25 volúmenes recomendados por este organismo internacio-
nal, y del promedio de lectura de la sociedad japonesa, finlandesa,
canadiense y de Noruega que ocupan los primeros lugares a nivel
mundial con 47 títulos per cápita, según la UNESCO.
Es decir, en México tan sólo 2 por ciento de sus habitantes leen,
por decir de 10 personas, sólo 2 de ellas tienen el hábito de leer.
Impresionantemente este 2 por ciento recae en otros aspectos:
1) 34 por ciento lee porque los obligan, es decir, tiene que
leer libros académicos; 2) 32 por ciento leen cualquier
tipo de literatura; 3) 34 por ciento se divide entre periódi-
cos, revistas e historietas.
El 50 por ciento de la población mexicana lee por obligación,
sin mencionar si comprenden la lectura o no, si logran recordar
las ideas principales o al menos el nombre del autor o lo confun-
den… ¡claro! en México suele pasar eso.
Paradójicamente, México es el país con la más poderosa in-
dustria editorial, aunque los libros permanezcan en las librerías
por falta de lectores.
Sin embargo, todo tiene un trasfondo, el cual recae en una
pésima educación, una infraestructura llena de corrupción, valo-
res mal fomentados, sindicatos repletos de maestros con poca
capacidad para enseñar, sobre todo por falta de profesionalis-
mo, ¿cómo sería posible fomentar la lectura en niños con estas
decadencias educativas?
Es responsabilidad de todos despertar el interés de la lectura
desde niños, en este caso las estrategias como la que mi padre
utilizaba u otras, motivan a las personas y poco a poco desa-
rrollan el gusto o en simple caso, el hábito. La lectura desde
temprana edad abre un rincón de la imaginación, desarrolla el
intelecto y, por supuesto, un sano crecimiento.
“Lee poco y serás como muchos, lee mucho y serás como
pocos.” México es un país de muchos habitantes, pero pocos
sobresalen. La lectura es la puerta a la cultura y tú… ¿Cuántos
libros lees?
Alma Ajuria Muñoz