Página 13 - abril2014

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formando el
mosaico
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“Éxito”, la palabra en sí muestra diferentes significados para cada persona
dependiendo de su experiencia en la vida, para unos puede significar fama y fortuna,
para otros simplemente puede ser felicidad lograda después de mucha búsqueda y
esfuerzo aún sin tener reconocimiento.
Alguna vez alguien me platicó sobre un guitarrista que apenas comenzaba a escuchar-
se, las notas que tocaba hábilmente movían el corazón de quien lo escuchara sumergién-
dolo en fantásticos escenarios. Era, a los ojos de las personas, un ser calmado y sencillo
que sólo buscaba que otros pudieran escuchar y disfrutar de su música.
En ese entonces, cuando me platicaron de él, apenas empezaba a darse a conocer,
daba gratis pequeñas presentaciones y quien quisiera podía acercarse a él a pedirle
consejos, una charla amena, algún autógrafo y uno que otro cd. Sin distinciones habla-
ba con los que lo habían ido a ver, los saludaba cálidamente sin ninguna intención ocul-
ta, su mirada y sus gestos mostraban una apertura al mundo que no muchos lograban.
Ahora ya es alguien más conocido y ofrece conciertos en muchas partes del país y
del mundo pero siempre con el mismo aspecto que mostró aquella vez, no sé si él siga
siendo lo que era antes, si ha madurado o si ahora ya sólo busca hacer dinero, sólo sé
que para aquellos ayeres, aún sin ganar dinero y apenas empezando a ser reconocido,
ya era una persona exitosa, porque hacía lo que amaba y gracias a eso, contagiaba ese
amor a quien lo escuchara tocar.
Ni fama ni dinero
Por Valery Estefannia Rocha Cortés, alumna de la Licenciatura en
Diseño de Interacción y Animación Digital
A diferencia de
El Aleph
, hay un libro del cual el osado de
Borges se avergonzó; dijo:
hay un libro del cual me avergüenzo
.
Tan poco esperanzando estaba en la obrita que quemó partes de
su vida perdiendo ese libro que se llamaba así,
El tamaño de mi
esperanza
. Pensaba -y acertaba, y eso es lo que da más risa- que
un día alguiénes se levantarían a desentrañar el tesoro maldito y
sentados en alguna Feria Internacional homenajeando a Borges di-
rían que ese era, oh coincidencia, el mejor de los libro escritos por
el argentino, sosteniendo en la derecha el altavoz y en la izquierda
un ejemplar de la ópera
omnia
de Jorge Luis que llamarían precisa-
mente así:
El tamaño de mis pelotas
.
II
Hasta que Harold Bloom no comprendió que el
Hamlet
no era
más que un homenaje al glíglico de Juana de Asbaje en magen-
ta, no logró entregar el alma.
¡Eppur si muove!
, se escuchó como de un
ómphalos
salido su
Canon Occidental, quizás como un carro de fuego que volaba
lejos, lejos con el
corpse
de Bloom.
Por Pablo Piceno Hernández, alumno de la Licenciatura en Literatura y Filosofía
Lamento por la muerte de
Harold Bloom anticipada
III
Pobre Harold Bloom: cuando murió ya no era Harold Bloom, ya
era Harold Bloom muerto.
IV
Lo absurdo que es pretender enchalecar en una gramática ca-
nónica, en un Canon Occidental, a là Andrónico de Rodas:
-las Odas de Nerval
-la Galatea
-la
Taédet Ánimam Meam
-las ideas y la dirección siempre cambiantes y nuevas del sol,
de los pueblos,
Roberto Artl / Boaventura
díxerunt.
Nota: la redacción forma parte del estilo del autor.