Página 5 - abril2014

Versión de HTML Básico

mosaico
central
[ 5 ]
Hoy llega la primavera, y diría yo, el éxito ha de ser algo así
como estar en lo alto de un monte entre tres montañas recibiendo
la luz, el sol, el aire, mirando el cielo del atardecer.
El éxito debiera ser algo simple pero no lo es. Tal vez ser rico,
famoso, reconocido en tu trabajo, querido por tus cercanos. Ser
competente en un ramo del quehacer humano. Yo me pregunto
con frecuencia por qué no soy Messi, Herbert von Karajan, o el
Dalai Lama.
¿Dónde y quién pone el standard? ¿Dónde se guardan los fraca-
sos, las vidas modestas de la vida cotidiana, nuestras aspiraciones
frustradas y anhelos inconclusos?
¿Es el éxito un modo de vivir la vida? ¿Una manifestación y rea-
lización de nuestras convicciones religiosas? ¿Es el cumplimiento
de un conjunto de medidas o expectativas establecidas en algún
lado? ¿Es el éxito una variación al gran tema de la vida? O más
bien el amor suele estorbar al éxito. ¿Se llevan el amor y el éxito?
Entre los emblemas del éxito y la insatisfacción de una vida triste
hay un campo menos explorado y menos glamuroso. Es la lucha
por la vida y todas sus modalidades. Es la tensión entre ser y pare-
cer, entre estancarse o crecer, entre lo superficial y lo hondo; entre
tener mucho o tener lo suficiente, es la tensión entre la pereza y la
disciplina, entre el azar y lo inevitable.
La imagen del éxito es polifacética, múltiple, de muchas más-
caras, y es también una imagen construida que esconde el intento
de una imposición. Una imagen común de nuestras aspiraciones
al éxito es la mujer o el hombre próspero, listo, capaz de enfrentar
todo con elegancia y sin despeinarse, autosuficiente. Por algo nos
seduce James Bond.
Creo que todos estamos cruzados por el anhelo del “éxito”.
Juan Manuel López Martínez, alumno de la Licenciatura en Mercadotecnia
Es una inquietud válida y profunda. Profunda en su veta reptileana,
es decir, de vencer, de arrasar, y también profunda en su veta de
interioridad, goce espiritual.
Si en esta maraña de paradojas y contradicciones tuviera que
proponer algo, porque me pidieron un artículo de este tema, pro-
pongo otro paquete de paradojas, esta vez en un intento de des-
montar la carga simbólica de la palabra.
Primero: el éxito no solo es individual, es comunitario, no tiene
que ser una tarea solitaria aunque no se pueda soslayar el esfuer-
zo individual que implica.
Segundo: el éxito no tiene solamente ni primordialmente me-
didas externas impuestas socialmente. Tiene medidas internas,
personales, sin que esto suponga la graciosa huida a un inti-
mismo engañoso.
Tercero: el éxito no tiene que leerse solo en claves de logros,
sino de actos amorosos y de servicio.
Es verdad que no todas las vidas se viven igual, ni que todos
nos implicamos de la misma manera en vivirlas, y que la medio-
cridad existe y que nos da miedo crecer y luchar cuando hay que
cambiar el contexto, pero también es cierto que no tenemos por
qué cargar las imágenes que sobre el éxito nos han impuesto en
nuestras vidas.
Creo que el éxito tiene que ver con reconocernos mutuamente
sin desprecios ni adulaciones, con compartir sin excusar nuestra
aportación, con crecer sin pretender estereotipos, con vencer sin
anular a los otros, y al fin, con gozar el sol, la luz y el aire en un atar-
decer de primavera, tal vez solos, sabiendo que alguien nos espera.
… Aunque no estaría mal ser Messi!
El triunfo y otras paradojas
Por Dr. Javier Sánchez Díaz de Rivera, Director del Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica