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formando el
mosaico
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Por Jonathan Vera Velázquez, alumno de la Licenciatura en Ciencias Ambientales
la punta del iceberg
El verdadero sentir de la vida está en lo colectivo. Un nú-
cleo minoritario de personas consideradas por muchos “minoría”
llámese: hipsters, gays, universitarios, activistas, hippies, indíge-
nas, etc. Lo colectivo de una persona está en alguna minoría sea
cual sea y lo colectivo de la vida está en el colectivo social, donde
se incluye y se interrelaciona a pequeña o gran escala con las
demás minorías.
Si tomamos en cuenta lo anterior podemos entender que lo colec-
tivo le da vida a lo social y esto le puede dar mayor sentido o profun-
didad al éxito, no importa desde donde actúes, es importarte caer en
la cuenta que todas nuestras acciones tienen un efecto a pequeña
o gran escala en lo social. Por mucho que uno esté en contra de
alguna cultura actual de la sociedad aunque esa sea decadente uno
no puede desentenderse totalmente de ésta y siempre nos veremos
influenciados por ella.
Basamos nuestras metas en el éxito, contextualizadas en la cul-
tura en la que estamos inmersos. Cuando se habla de esta for-
ma, uno puede concluir que el éxito es algo más o menos tangi-
ble como si se tratara de algo por lo que hay que pagar, pero en
realidad el éxito en sí es intangible,
cada quien tiene un imaginario de
éxito diferente y muy personal. La
mejor definición de éxito podría
ser cuando lo veamos como un
sentimiento: uno no puede tocar
el éxito ni cuantificarlo, pero pue-
de sentirlo. Es tan solo un nombre
de un sentimiento en específico,
no es un lugar a donde llegar, es
una manera de sentir y vivir los fru-
tos de tus acciones.
En esta vida todos acumulare-
mos en nuestra memoria sueños
rotos, heridas y cicatrices que no
se olvidarán; parte del éxito resi-
de en aprender de las experien-
cias vividas y saber que las derrotas son en sí, constructivas,
siempre y cuando no las dejemos destruirnos y las utilicemos
a nuestro favor. El éxito tiene como base diferentes derrotas,
aprender de éstas te llevará a alcanzar el éxito, es un requisito
indispensable contar con derrotas que te brinden experiencia. El
éxito solo es la punta del iceberg.
Así, la receta más textual que hay del éxito es que éste consiste
en tener un sueño y luchar por él, utilizando las derrotas como
lecciones, y no como finales, valiéndote de un sueño como meta, y
la voluntad, entusiasmo y esfuerzo como motor para no dejar de
avanzar y después de muchas derrotas (llamémoslas aprendizajes
necesarios) llegar al éxito. Entonces, crecerás y serás capaz de
afrontar un nuevo desafío y continuar hacia tus siguientes derrotas
y alcanzar nuevos éxitos. El éxito es más grande cuando la per-
sona lo usa para trascender, éste vale más cuando logras marcar
la historia, cuando la gente te guarda un cachito en su memoria.
En esta vida todos
acumularemos en
nuestra memoria
sueños rotos,
heridas y cicatrices
que no se olvidarán;
parte del éxito reside
en aprender de las
experiencias vividas
y saber que las
derrotas son en sí,
constructivas.