Página 16 - agosto2013

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tesela
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Andrea Avendaño
C
uando damos algo por hecho, pierde su habilidad para
fascinarnos, los colores antes tan vívidos los vemos
opacos ahora. Dejamos de preguntarnos qué pasaría
si ese objeto no estuviese, nos volvemos inconscientes
ante el papel que desempeña en nuestras vidas. Me parece que a
la comunicación, o a la habilidad de comunicarnos, le ha pasado
eso; no nos damos cuenta lo importante ni lo útil que es poder
hacerlo. Recordemos la historia de la Torre de Babel, los hombres
se reunieron para construir una torre tan alta cuya cúspide alcan-
zara el cielo, Dios al ver que los hombres de verdad se proponían
alcanzar el cielo, creó los distintos idiomas para que no se enten-
dieran los unos a los otros y no pudieran ponerse de acuerdo. La
comunicación fue tan importante, que figurativamente, sin ella no
podemos alcanzar el pináculo de nuestras vidas.
Mientras la mayoría de las personas se comunica sin pensar
en lo difícil que fue conseguir pulir esta herramienta hasta lo que
es hoy, hay personas que se preocupan por eso, les importa la
forma de entregar un mensaje. Tuve el gusto de conocer a una
persona inspiradora, que se preocupa por la comunicación en
“estado puro”, su nombre es Zaira Lizbeth Rosas Lara, cursa el
6to semestre de Comunicación y nació en Xalapa.
Comunicarse siempre fue importante para ella, desde que era
pequeña su familia era muy unida, todos los domingos había co-
midas enormes con todos sus familiares, aprender a comunicar-
se y a expresar lo que sentía fue importante. Recuerda cuando
tenía 5 años y leyó
El Principito
: “¡Mamá, este libro no tiene di-
bujitos!” fue lo primero que dijo al recibirlo, pero aprendió mucho
al terminarlo, se dio cuenta que ya podía leer textos más serios.
Por Rolando Maroño Vázquez, alumno de
Ing. en Mecatrónica
Es cierto que todos tenemos como dos mitades opuestas que
conviven en nosotros, a veces somos muy serios en un entorno
y muy graciosos en otros, ejemplos hay muchos, a lo que quiero
llegar es que Zaira tiene dos personalidades muy marcadas, la
chica que asistía a clases de violín, ballet, natación y leía libros
por la tarde, y Zaira la chica que le gustaba jugar en la calle foot
base y que reunía a todos sus vecinos para jugar.
Con el crecimiento vienen nuevas etapas, dejó de practicar
violín pero nunca abandonó el gusto por la música, colgó sus
puntas pero va a los teatros a disfrutar de presentaciones de ba-
llet; digamos que dejó de practicarlo para volverse espectadora,
ahora disfruta de la experiencia completa, pudiendo apreciar los
distintos matices de los cuales no puedes deleitarte cuando eres
tú el que está en el escenario.
Los errores, las alegrías, todo lo que vivimos ayudan a cons-
truir a la persona que somos en este momento. Zaira es capaz
de identificar tres momentos que la ayudaron a definir la persona
amigable y carismática que es en este momento: cuando su me-
jor amiga se regresó a Francia por el fallecimiento de su padre,
cuando su hermano menor nació, y cuando tuvo que escoger
su carrera y la ciudad a la que se mudaría. Ella considera que la
selección de su universidad fue muy importante, la universidad
tiene que ayudarte a construir tus principios, enfocar tus objeti-
vos, y mantenerte fiel a ellos, está muy contenta con su decisión.
Sus metas siempre han sido sujetas a sus principios, siendo el
centro, ser el mejor ser humano posible para los demás. En este
momento sus metas serían: terminar su carrera, tener un buen
desempeño en el Senado Universitario y no perderse en el cami-
Cara o cruz: una decisión más allá
de la moneda