Página 6 - agosto2013

Versión de HTML Básico

mosaico
central
[ 6 ]
E
l sistema neoliberal se cimienta en la venganza y en el egoís-
mo. Tasa al individuo por lo que tiene, hace de la acumula-
ción de la riqueza un fin en sí mismo, impone una mirada
utilitarista y cosificante del otro y de uno mismo. Engancha
al ser humano en una espiral de ambición, competitividad y auto-
destrucción que lo encadena a una existencia frustrada y deshuma-
nizada. Lo condena a olvidarse de sí mismo y de los demás, a vivir
en desamor, a desconfiar de todo y de todos, a sumirse en el rencor
y en la desconfianza.
Sin embargo, hay algo en el interior del ser humano que se
revela ante esta lógica de la acumulación, que lo impulsa a ven-
cer el mal, a romper el círculo vicioso del egoísmo y a abrirse
amorosamente al otro.
El P. Pedro Arrupe SJ, Prepósito General de la Compañía de
Jesús de 1965 a 1983, reconoce este impulso interior del ser
humano y propone como misión de la obra educativa de la Com-
pañía
“formar hombres y mujeres para los demás”.
Ser para los demás implica asumir la esencia ética del cristia-
nismo: vivir el amor y la justicia en un mundo egoísta e injusto.
Invita a vencer al mal con bien, al odio con amor y al egoísmo
con generosidad para implantar la justicia en el mundo.
Para ganar al hermano y trocar al enemigo en amigo se requie-
re cultivar la paz interior entendida como un estado de bienestar
y armonía personal que permite gozar la vida en plenitud, alcan-
zar la propia realización y abrirse al otro en justicia y en verdad.
La paz interior nutre la existencia humana, dignifica al hom-
bre, cataliza sus energías y lo impulsa a asociarse de manera
positiva y activa con sus semejantes, con la naturaleza y con el
universo entero.
La paz sólida y duradera encuentra su sustento en el perdón
entendido como el aseo cotidiano del corazón, como un ejercicio
de libertad que lleva al hombre a construir, desde una mirada
optimista, una historia nueva sobre los traumas y el conflicto, que
promueve la autoestima, el sentido de la vida y la apertura al otro.
Así, el cultivo de la paz y del perdón impulsa al ser humano a
disponerse a servir a los demás para vivir plenamente las bien-
La paz interior y el perdón
como condiciones personales
del ser para los demás
Ilustración: Ma. Lissette Rojas Tejeda
aventuranzas, a ser puro de corazón, a construir la justicia y a
actuar con ternura, amabilidad y misericordia.
Para cultivar la paz y el perdón en aras al
ser para los demás
se propone ejercitar la palabra amo-
rosa, re-significar con ojos optimistas
los hechos, re-dignificar a las perso-
nas, desarrollar los sentimientos y las
actitudes de la compasión, la bondad
y la misericordia, vivir con sencillez,
sustraerse de las estructuras injustas y cultivar las virtudes que
expresan las más profundas aspiraciones humanas.
Por Mtra. Laura Rodríguez Matamoros, Procuradora
de Derechos Universitarios
En la fantasía,
yo veo un mundo justo.
Donde todos viven en paz
y honestamente…
Nella Fantasia
Letra: Chiara Ferrau / Música: Ennio Morricone
Canción basada en el tema “Oboe de Gabriel”
de la película
La Misión
La paz sólida y duradera
encuentra su sustento
en el perdón
.