Página 11 - enero2013

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formando el
mosaico [ 11 ]
En esta ocasión va a hablarse de la diversidad dentro de la
ciudad moderna y para empezar a entender las secciones que la
constituyen, primero hay que descifrar el porqué de las mismas,
ya que son fruto de las transformaciones económicas, sociales y
psicológicas originadas por la revolución científica de los siglos
XIX y XX, que durante el transcurso de la primera posguerra fue
adquiriendo rasgos distintivos de la investigación científica.
“La arquitectura moderna debe sugerir un nuevo tipo de ciudad
que pueda ser contrapuesta a la tradicional. No es la ciudad tradi-
cional si no un tipo de ciudad y de praxis urbanística y de edifica-
ción que se forma en la segunda mitad del siglo XIX y que hemos
venido en llamar ciudad neoconservadora. “(pp. 12)
Según éstos nuevos postulados de 1848 se plantea un nuevo de-
sarrollo basado en las relaciones económicas y sociales, haciendo
que el punto de contacto sea la relación entre los intereses públicos
y privados. Tomando en cuenta la siguiente frase de Le Corbusier:
“Admiro la perfección desde que vi el Partenón. Y, en nuestra ci-
vilización, esa perfección la aporta automáticamente la máquina,
que no es un espanto ni algo horrible, sino un útil extraordinario
de perfección”.
¿Qué podemos pensar acerca de las ciudades que se compo-
nen en la modernidad? Cuestionándonos acerca de las ciudades
en nuestro contexto próximo, donde las áreas nuevas de desarrollo
giran alrededor del automóvil, tratando de mezclar las formas de
transporte, pero que a su vez se centran en el automóvil que refleja
a un 30% de la población que puede adquirirlos, haciendo que el
resto, que se mueve en transporte público o a pie, se genere como
adorno junto a las grandes avenidas. Cuestión que ha tratado de
mitigarse, tomando como ejemplo Curitiba, Brasil, donde sus sis-
temas de transporte público han sido replicados en Latinoamérica.
Por otra parte, la vivienda, que en
La proyección de la ciu-
dad moderna
, sugiere ser tomada como el ícono sobre el cual
debe desarrollarse la ciudad, ha sufrido fracasos dentro de la
mayoría de los patrones urbanos, ya
que en regiones latinoamericanas,
donde el centro histórico representa
grandes gastos y se encuentra en
creciente abandono, genera que los
grandes desarrollos inmobiliarios se
transporten a las periferias de la ciu-
dad, cuando en ciudades europeas,
éstas siguen girando entorno a los
centros; en nuestro contexto se nota la tendencia de descentra-
lizar los poderes administrativos y económicos; haciendo una
comparación entre pros y contras, nos lleva al mismo punto de
cuestionamiento: ¿cómo desarrollar la ciudad moderna?.
Como conclusión, imagino que las respuestas deben centrar-
se en la planificación inmobiliaria y urbana de las ciudades ya
existentes, sobre todo centrándose en la vivienda mínima, que
debe cumplir con los requerimientos básicos para el confort hu-
mano, ya que si uno no logra el balance psicológico, espiritual y
emocional dentro de su propia casa, éste mismo no podrá verse
reflejado en la forma en la que se vive la ciudad.
Por otra parte, la reconstitución de los tejidos urbanos, que de-
ben mezclar los múltiples usos, tomando en cuenta la tendencia
“verde”, de los sistemas de transporte libres de emisiones, que
cuando el usuario compruebe su eficiencia, comodidad y aho-
rro, irá desfavoreciendo al transporte privado, y optará por los
nuevos sistemas de transporte público que pueden enriquecer la
forma de disfrutar los recorridos diarios, e inclusive acercarnos
a la convivencia humana que ha sido doblegada por el avance
tecnológico. Como ejemplos de los mismos el Metro, el Metrobus
y el sistema de bicicletas en el Distrito Federal.
Debemos de salir del sistema tradicional de planificación, y em-
pezar a pensar un paso adelante en el desarrollo humano y econó-
mico de la ciudad, para que cuando los desplazamientos de perso-
nas, que cada día son más fuertes por diferentes razones que van
desde los refugiados ambientales hasta los movimientos de migra-
ción por cuestiones de empleo y económicas, la misma ciudad esté
lista para acogerlos de manera adecuada, y así poder ir mezclando
el urbanismo con la vivencia personal que se genera tanto en el
espacio público, como en el privado, a menor y mayor escala.
La proyección de la
ciudad moderna:
Por Irma del Valle Nachón,
alumna de la Lic. en Arquitectura
Benevolo, Melograni y Giura Longo
Si uno no logra el balance
psicológico, espiritual y
emocional dentro de su propia
casa, éste mismo no podrá
verse reflejado en la forma
en la que se vive la ciudad.
Arte: Lissette Rojas Tejeda