Página 10 - junio2014

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formando el
mosaico
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Ilustración: Edith Hernández Durana
E
n algún momento de mi vida leí la frase de algún autor no muy reconocido –tanto que me dio por no recordar
su nombre- que decía: “Las voluntades débiles se traducen en discursos, las fuertes en actos”. Si bien, esto lo
considero muy cierto, para ello se requiere de mucha determinación y energía –entre otras cosas claro- esta
vez me enfocare en la energía.
En un día ordinario para nosotros “la gente de ciudad”, cuando ya hicimos las actividades importantes aparecen
otras urgentes y otras más que debemos realizar por compromiso. ¿Has pensando cuándo fue la última vez que
te quedaste quieto y reposaste un rato? No es tan simple como tomar una siesta, el ocio implica pasar ese tiempo
realizando cosas que no se consideran productivas o útiles pero para uno mismo se considera beneficioso el realizar
actividades recreativas que pueden dejar algo de provecho. Por ejemplo: leer; actividad que por muchos no es con-
siderada como productiva, resulta por mucho beneficioso.
Pero una misma actividad puede tener muchas caras, el ocio también puede encontrarse en una tarde a solas,
transcurrida con sólo una bebida y, digamos, una serie de televisión; muchos no lo toman un tiempo malgastado, por
el contrario, se ve como una necesidad para juntar energía para volver a salir al mundo.
Momentos de ocio son necesarios, de vez en cuando hay que poner pausa en la vida, sentir cómo las preocu-
paciones ceden y tomar ese tiempo para algo recreativo que además pueda ayudarnos a replantear ideas y metas
personales. Es importante intercalar el ocio con actividades enfocadas en nuestra meta o sueño, si no caeremos en
un exceso y es ahí cuando damos entrada a nuestras vidas al dicho “El ocio es la madre de todos los vicios.”
Así como las llamadas actividades productivas dicen mucho de una persona, las prácticas y el tiempo que no se
dedica al provecho hablan de lo que eres o el potencial que tienes.
Tomarte un tiempo libre es una manera de cuidarte, de escucharte y de llegar a entender qué es lo que estás nece-
sitando. El ocio es un regenerador de energía.
Improducción productiva
Por Jonathan Vera Velázquez, alumno de la Licenciatura en Ciencias Ambientales