Página 6 - marzo2014

Versión de HTML Básico

Ilustración: Edith Hernández Durana
Bullying “moda” ¿sensibilidad al tema?
Por Lic. Marina López Millán, coordinadora académica del área de Formación y Orientación Educativa,
y Mtra. Sandra Paulina García García, orientadora educativa
U
no de los grandes retos de los niños y jóvenes actualmente
es competir para alcanzar el “éxito social”, menciona Lon-
don y Benabib (2013) en su artículo titulado “El bullying a
través de una mirada social-relacional” refiriéndose a la ne-
cesidad de ser socialmente reconocido, siendo su raíz la expectativa
en los padres y adultos, al empujarlos de diversas maneras para ser
destacados académicamente o en algún deporte, que vistan a la
moda, sean queridos y amigables, pero sobre todo ser admirados
por otros, es decir, “populares”.
Y para ser destacado, “popular”, en ocasiones se utiliza a las re-
des sociales, como un medio de fácil acceso y propicio para lograr el
fin de la popularidad, según el concepto antes mencionado, vemos
en el Internet una herramienta que nos da la posibilidad de comu-
nicarnos subiendo fotos, expresiones, etcétera, como evidencia de
nuestros “éxitos” y colocando a los otros como público que evalúa
y constata lo expresado, pero qué pasa cuando sus respuestas no
siempre son las que deseamos y los resultados de éstas pueden
tener diferentes efectos en nuestro estado emocional, produciendo
ciberacoso.
Término definido por Smith K. director de la Unidad de Estudios
relacionados con la familia y la escuela, en la Universidad de Lon-
dres, como un acto agresivo e intencionado llevado a cabo de ma-
nera repetida y constante a lo largo del tiempo, mediante el uso de
formas de contacto electrónicas por parte de un grupo o de un in-
dividuo contra una víctima que no puede defenderse fácilmente. Se
dice es un fenómeno reciente, pero que rápidamente va en aumento.
Edades, cómo lo enfrenta
La manera en que puede afectar el ciberacoso a una persona
dependerá en gran parte de la etapa de desarrollo por la que esté
atravesando, sus experiencias de vida y sus estrategias para afron-
tar problemas. La popularidad suele ser una necesidad que requiere
ser alcanzada en ciertas etapas y no todas las personas lo enfrentan
de la misma manera. El buen manejo de las redes sociales requiere
de cierta madurez que no está presente en edades tempranas.
Lamentablemente las cifras más alarmantes de ciberacoso se
presentan en la infancia y pubertad que es donde quizás suele estar
más vulnerable una persona, debido a que es en esta etapa en la
que se está terminando de forjar la personalidad y por ello se pue-
den generar traumas que llegan a generar sentimientos negativos
que repercuten en conductas hasta suicidas.
Cuando una persona es elegida como víctima de ciberacoso, la deci-
sión dependerá de características, físicas, emocionales y sobre todo la
permisividad para aceptar conductas autoritarias por parte de un agresor.
La importancia de la familia
La familia resulta un punto medular para poder detectar que una
persona está siendo víctima de ciberacoso, el que sea un tema trilla-
do y muy sonado en las escuelas y el trabajo, no deberá ser excusa
para perder sensibilidad frente al tema. El ser atormentado puede
partir del hecho de que en la familia siempre se han tenido conduc-
tas autoritarias y parece lo más normal que una persona externa
pretenda manipularlo y la víctima no presente resistencia alguna.
En la familia cuando se detecta que existen este tipo de con-
ductas es común que se aconseje a la víctima de acuerdo a expe-
riencias que se han tenido y vendría al caso el dicho que dice “El
valiente vive, hasta que el cobarde quiere”, consejo cotidiano que
puede hacerse a una víctima, sin embargo para combatir el cibe-
racoso se requiere más que ser valiente o cobarde, es necesario
revisar las conductas que han detonado que el agresor y la víctima
se involucren de esa manera.
La importancia de la escuela
La escuela ha sido uno de los espacios en donde se ha pre-
sentado este tipo de acoso con mayor incidencia, por ello resulta
necesario que desde ese espacio se promuevan acciones no sólo
correctivas sino preventivas, no basta con implementar programas
emergentes para tratar el tema en pláticas, talleres, etc. Lo impor-
tante es propiciar espacios de convivencia y confianza en donde
se resalte el valor de la persona en todo momento, prevalecien-
do que la persona equilibrada adopta una buena actitud ante sus
propias emociones: les deja entrar en su interior, las experimenta,
pero no se deja determinar por ellas.
Bibilografía
http://observatorioperu.com/lecturas/ciberacoso_pSmith.pdf
London y Benabib (2013) en su artículo titulado “El bullying a través de una mi-
rada social-relacional”.
Ibero.
Revista de la Universidad Iberoamericana. Octubre-
noviembre de 2013.