Página 16 - noviembre2014

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reflejo
mosaico
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El personaje
El Pintor
Mi nombre es Eugenio Ortíz Bretón y tengo 32 años. Antes de in-
gresar a la universidad quería hacer muchas cosas, quería comu-
nicar ideas a través de lo visual pero también me gustaba mucho
hablar ante un público, actuar, hacía shows con mi familia imitan-
do a tal personaje. Estudié en la IBERO porque había una carre-
ra que me latía que era Arquitectura. Me gusta mucho la actitud
institucional de la universidad en la que no se te imponen cosas.
En la carrera tenía materias de dibujo suelto y me iba muy bien, sin
embargo en otras donde el contenido era más técnico no tanto, me
sentía restringido en algunos aspectos y solo estuve un semestre.
Así fue como ingresé a la Licenciatura en Comunicación porque
seguía con el deseo de ser actor, salir ante un público... pero
nunca dejé de dibujar, de pintar. Estando de intercambio acadé-
mico en Australia, retomé el dibujo de una manera más sería, hice
muchos dibujos y me traje todo un bonche, sucedió que una amiga
estaba poniendo un restaurante y quería incluir arte en el local y
ahí monté una exposición, invité a amigos, me fue bien y pensé no
todo tiene que ser o pintar o actuar. Al terminar mi carrera empecé
a dar clases de arte para niños y así es como me fui involucrando
cada vez más en la pintura.
El abismo
Creo que debería de ser el principal objetivo de todo artista, recu-
perar la inocencia con la que contamos desde niños y mezclarla
con la experiencia que vamos adquiriendo en cuanto a técnicas,
armonía visual, composición, etc. Imagino que es retador redes-
cubrir a tu niño interior en un ejercicio muy espiritual, encontrarte
con tu silencio, con tu paz ya que es ahí donde está la verdadera
fuente de creatividad: aprender y desaprender. La temática que
trabajo es diferente, inicialmente no encontraba patrón alguno, de
repente hacía un niño rodeado de cocodrilos y de repente hacía
un paisaje poblano y esa lluvia de ideas que empezaron a mate-
rializarse en mis cuadros por un lado me hacía sentir bien y por
otro me confundía y no sabía por dónde ir. Con el maestro José
Lazcarro pude desaprender lo que aprendí con otros maestros,
me quitó los colores y dibujé solo con lápiz sobre papel durante un
año para encontrar mi dibujo, encontrar mi esencia. Pasados dos
o tres años empecé a ver ciertos patrones en mis dibujos, hacía un
personaje alrededor de dos animales por ejemplo, y fue así como
inicié mis colecciones. Si me preguntas Eugenio ¿qué pintas? Pues
yo pinto colecciones, actualmente tengo de paisaje urbano, de
fabulas, de retrato. Si tuviera que definir mi pintura con una pa-
labra sería ABISMO porque la pintura no tiene fin, un cuadro me
lleva a otro, una idea me lleva a otra y cada vez voy más adentro,
más profundo. Si tuviera que elegir una obra significativa que haya
hecho hasta el momento sería una en la que aparece un niño ro-
deado de cocodrilos que se llama
Durmiente doliente
, una obra
muy intima. Tengo otra favorita que se llama
Rey de Brooklyn
, un
león que está caminando entre calles de este barrio porque me
identifico mucho en este momento de mi vida con esa escena.
La musa
La mayor influencia que me ha marcado es mi interacción con
la sociedad. La relación que tengo con la sociedad, empezan-
do por mí, las reacciones cuando estoy con mi familia, amigos,
seres queridos. La sociedad para mi es un monstruo: cambian-
te constantemente, dinámica, maleable, tramposa, misteriosa.
Hasta cuando estoy solo (una experiencia fuera de la sociedad)
me comporto de una manera diferente a cuando estoy en grupo.
Los niños
Me encanta el proceso de aprendizaje. En el caso de enseñar
creatividad no puedes enseñar a una persona a crear, la orientas,
le das herramientas para que encuentre el camino; cada alumno
es distinto, los niños no tienen miedo de nada, no tienen prejui-
cios. Tengo una Maestría en Educación, mientras daba clases
quería poner una escuela de arte y me empecé a involucrar en
el rollo académico.
Nueva York
Quería irme a un lugar donde hubiera una combinación de cos-
movisiones, pensé en el Distrito Federal pero quería salir al ex-
tranjero, también pensé en Berlín, pero estando en Oaxaca (des-
pués de formarme con Lazcarro) conviví con pintores que habían
estado en otras ciudades y me platicaron mucho de esta ciudad
y pues las energías me dirigieron a ese lugar.
El mar
A mi trabajo le agradezco la constante insatisfacción (que pido
al universo siempre me la dé), esa sensación de que aún que-
da algo más por hacer. Es un arma de dos filos porque puedes
caer en el autoflagelo y al mismo tiempo tienes la obligación de
echarte porras a ti mismo. Hablando de los jóvenes, de las nue-
vas generaciones, considero que independientemente de ciertas
circunstancias económicas o sociales de cada quien, hay algo
que es un mínimo común en todos independientemente de esas
circunstancias y lo voy a plantear con una imagen: estás frente al
mar y quieres hacer algo en esta vida (que se pasa bien rápido)
pues no metas nada más los piecitos, que te llegue el agua a las
rodillas y nada más... ¡Métete bien! que se metan a nadar y en el
trayecto vas a ver una bollas que se cruzan y vas a sentir un remo-
lino y vas a sentir corrientes de agua y vas a ver tiburones pasar y
ese es el reto, de eso se trata vivir.
www.eobreton.com
instagram.com/eo_breton
Por L.D.G. Arturo Cielo Rodríguez, Jefe de Diseño
de la Dirección de Comunicación Institucional
Fotografía:
Noon walker
. Oil on canvas, 72in x 48in / 2014 (Cortesía del autor)