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tesela
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“Siempre mantente fiel a lo que eres”. “No trates de aparentar”.
“Sé quién eres”. Muchas veces hemos escuchado esas palabras,
pero a veces es tan difícil permanecer auténticos y fieles a nues-
tros principios.
Lo que te rodea fluye, ejerce fuerzas sobre ti, a veces te pide que
hagas tal cosa para poder continuar con tu vida cómoda. La pre-
sión crece. Lo único que nos sirve de apoyo son nuestros principios,
nuestros valores, y a veces no dudamos en tirarlos por la borda para
fluir sin peso con la corriente.
Esta vez conocí a otro alumno de la Ibero Puebla, su nombre es
Fernando Ortiz Oróztico, viene de Tlaxcala y cursa el 5to. semestre
de la Licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública.
Su infancia fue muy agitada, giraba en torno al deporte ya que
era parte de un equipo de baseball y la cosa iba en serio ya que
lograron competir en la Olimpiada Nacional. Cuando no pasaba
el tiempo jugando con el equipo, lo hacía con su hermano. Desde
niño le encantaba leer, su papá lo motivaba a que hiciera esto y
ahora lo agradece mucho cada vez que le piden leer en su carrera,
lo que sucede muy seguido.
Los recuerdos son algo importante para todos, y cada uno de no-
sotros tiene una forma característica de conservar esos recuerdos,
a algunos les basta con tenerlos presentes en la mente. A otros no.
Fernando coleccionaba estampillas y tickets de teatro o de cine,
cuando veía una obra que le gustaba mucho o que le marcaba, con-
servaba ese ticket y así cada vez que lo veía se acordaba de aquel
momento en el que contempló ese suceso que le había gustado.
Aquella primera obra que vio, la que inició la afición por coleccionar
“recuerdos”, la vio acompañado de sus abuelitos maternos, ellos
fueron muy importante para su formación como persona, tenían una
forma distinta de enseñarle a la de sus padres o a la de sus maes-
tros, el hombre que es ahora es en parte gracias a sus abuelos.
También menciona que al haber sido parte del equipo de baseball
pudo convivir con toda clase de personas, había algunas que inclu-
sive jugaban sin zapatos porque no tenían dinero. Haber sido parte
de ese equipo le abrió los ojos desde pequeño hacia la otra realidad
de México. Una realidad que quería cambiar.
Eso es lo que lo motiva a seguir adelante. Darse cuenta que el
país realmente necesita un cambio y que no basta con tener bue-
nas intenciones, la mayoría tiene las ganas de cambiar la situa-
ción, pero hay que tener el conocimiento, hay que estar preparado
según la situación lo requiera. Por eso estudia, por eso lee, por
eso se esfuerza en cada materia, porque en lo que aprenda hoy
está la posibilidad de generar un cambio mañana. Pero en cada
ambición, hay un miedo que se esconde detrás, pero ahí está: que
el sistema lo absorba y que teniendo la oportunidad de hacer un
cambio, pase desapercibido y que nada se modifique.
Lo que más le gusta de su carrera es la preparación que le da,
el perfil humanista, comprometido con todos los demás, buscan-
do el bien superior para todos. Una formación humanista con
conocimiento, que no se quede en el deseo de cambiar sino que
sepa cómo generar el cambio.
El poder es algo que influye mucho en su carrera y en su campo
profesional, pero su percepción acerca del poder es muy curiosa,
para él no es más que una palabra, un sustantivo como muchos
otros, no otorga nada, mientras tengas tus valores, ideas y metas
definidas así será; los servidores públicos son eso, servidores, por
lo tanto su obligación es servir al pueblo y el poder lo ostentamos
todos, tanto para decidir quién nos liderará como para asegurar-
nos de que se preocupe por el bien de todos. Y eso es lo que falla
en México, el poder es sinónimo de corrupción y superioridad.
Eso tiene que cambiar.
En 10 años se ve con un doctorado y sirviendo al pueblo de la
mejor manera que le sea posible.
Me gustaría concluir con una frase suya “Esta generación no es
la respuesta al mañana, es la respuesta al presente, porque el pre-
sente demanda nuestra acción”
Lo que aprendes hoy generará un cambio
en el mañana
Por Rolando Maroño Vázquez, alumno de Ing. en Mecatrónica
Sofía Ruiz Mugica, alumna de la Lic. en Comunicación