Página 11 - septiembre2013

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formando el
mosaico
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Ilustración: Edith Hernández Durana
Prohibido, multifacético, escondido y abierto a la luz pública, una
rama de estudio para la psicología y a la vez un secreto entre aman-
tes, un tabú para la sociedad fuertemente castigada, pero al mismo
tiempo, un problema de salud, eso y más es la sexualidad en México.
En la actualidad el sexo, o bien, hacer el amor, las relaciones sexua-
les y el sin fin de nombres o peyorativos que refieran para informarse,
cubrirlo y tratar de entender el “desplanificado secreto”, lo que ha
desencadenado interminables de problemas para una sociedad tra-
dicionalista, guadalupana, ignorante y desinformada, consecuencias
que asolan a las familias, al gobierno y a la sociedad misma, es un
problema social.
No es novedad caminar por las calles de cualquier ciudad y perca-
tarse del gran número de adolescentes embarazadas, jóvenes preo-
cupados por un futuro incierto y vislumbrado por la incertidumbre de
haber omitido un proceso de juventud, conocimiento y diversión por
convertirse en proveedores del castigo por la ignorancia, del ¡qué
dirán!, de la vergüenza, de las quejas cotidianas en el nuevo hogar,
del apartamiento de amigos por pañales, y más.
Por otro lado, al interior de la familia viene el prejuicio paternal, el
“papel reproducido”, una serie de círculos viciosos reproducidos con
el tiempo, acompañado de una falta de comunicación entre padres
e hijos que ven nublado el desarrollo humano de los y las infantes, que
sin conocimiento, decidieron introducirse y adelantarse a las genera-
ciones curiosas sin previa explicación, oprimidos por cadenas de una
mercadotecnia sexual que ha ido desencadenando el actual modelo
económico, un movimiento consumista y desinformado de consecuen-
cias, desde el excesivo uso de pastillas
postday
, hasta el inadecuado
uso de preservativos, DIU, espermicidas, entre otros.
Bajo este contexto, la mayoría de los y las adolescentes son expulsa-
das del hogar, violentadas por la dura mano social y separadas del nú-
cleo familiar que los cobijaba. Estas consecuencias tienen una raíz es-
tructural no solo por la sociedad misma, sino de índole institucional, dos
fuertes aparatos de Estado, el Estado religioso y el Estado mexicano.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) bajo el mando del Poder
Ejecutivo, ha mermado el acceso a una libre sexualidad informada,
condenando a miles de generaciones a una vida envuelta de des-
planificación familiar y enfermedades de transmisión sexual (ETS),
las cuales repercuten a la Secretaría de Salud (SS), encargada de
proveer los medicamentos, la orientación médica y psicológica a mu-
jeres y adolescentes que deciden abortar (ejemplo para el DF) o deci-
den forzadamente procrear y criar con apego a leyes que las llevarían
a la cárcel de no hacerlo (las demás entidades).
En resumidas cuentas, se sintetiza el “problema –solución” con la
teoría de “acción y reacción”, siendo la SEP la encargada de velar
por una acción preventiva, la acción de informar a los jóvenes en las
aulas académicas, con perspectiva de género y no tanto, en los con-
vencionales roles de género que solo se limiten a enseñar los apa-
ratos genitales y el uso de cada órgano, con orientación pre-ventiva
a los ETS y a los embarazos no deseados, ya que al no recibirse tal
información mediante la acción preventiva, contraviene la reacción,
la cual se logra visualizar con el desempeño de la SS, quien recibe
los ETS y los embarazos no deseados, ambos a temprana edad, en-
grosando el problema a una sola instancia. Es así como más tarde, la
reacción de la acción resulta ser más costosa para el Estado, desti-
nando gran parte del presupuesto al sector salud, antes que al sector
académico y preventivo.
Pero la culpa (como dijeran) no la tiene solo la familia y el Estado,
ya que también interviene la Iglesia con sus dogmas, sanciones y
castigos, con una incomprobable promesa de otra vida en el cielo,
llena de premios y regalos para los bien portados, un cielo donde
los tibios no entraran
. Es decir, que el sexo y la carne fémina es tan
satánica que se tuvo que expulsar del Edén a los mismos Adán y Eva,
por sus faltas cometidas o ¿por qué no? a la misma María Magda-
lena, apedreada por ser prostituta e incitadora del pecado para los
hombres; cacería de brujas y una Santa Inquisición como solución.
El alcance que la cultura guadalupana católica en México ha pro-
hibido el conocimiento de la sexualidad con su libre información, ex-
ploración corporal y concepto mismo, cubierto por metros de ropa
que encapuchen al descubierto el tan temido “pecado mortal”.
Finalmente la sexualidad es un tema tan abierto ante los medios,
tan cubierto por las familias pero tan castigado por la religión, así
como consecuente con y por el Estado, ya que su desinformación y
apertura a contraído a generaciones sexuales, pero a la par, el hecho
de ser aun el tema prohibido que ha ido deplorando a una sociedad
que ha reproducido la pobreza, la enfermedad, la desplanificación
familiar, la falta de ordenamiento territorial, la demanda de más y
mejores servicios públicos, la escases de alimentos, la falta de pre-
supuesto para cada rubro con paupérrima recaudación fiscal y tam-
bién, una Iglesia enviciada, víctima del sistema y culpable por sus actos,
una Iglesia pedófila y cerrada, violenta e ilícita.
La comprensión del problema es difícil sin una cultura de la infor-
mación, sin apoyo del Estado y la familia que más tarde que tempra-
no, comprenderán las consecuencias de un México desplanificado
con mucha hambre y necesidad de respuesta.
Por Leyla de la Fuente Zárate, alumna de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública
La Sexualidad, la Familia, el Estado y la Iglesia.
Un “Secreto abierto” en México