Página 12 - septiembre2014

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mosaico
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LA SOPA DE PIEDRA
Por Frida Proskawer Espinosa, ex alumna de la Maestría en Lectoescritura
P
ara facilitar la comprensión del fenómeno de liderazgo y la
posibilidad de generar negocios exitosos les comparto la si-
guiente lectura:
“La sopa de piedra”
En un pequeño pueblo, una mujer se llevó una gran sorpresa
al ver que había llamado a su puerta un extraño correctamente
vestido, con presencia imponente que le pedía algo de comer.
Lo siento -dijo ella-, pero ahora mismo no tengo nada en casa.
No se preocupe, dijo amablemente el extraño, tengo una pie-
dra de sopa en mi cartera. Si usted me permitiera echarla en una
olla de agua hirviendo yo haría la más exquisita sopa del mundo
que usted haya probado.
Consiga una olla muy grande por favor.
A la mujer le picó la curiosidad, puso la olla al fuego y fue a
contar el secreto de la piedra a sus vecinas. Cuando el agua rom-
pió a hervir, todo el vecindario se había reunido allí para ver a
aquel extraño y su piedra de sopa.
El extraño dejó caer la piedra en el agua, luego probó una cu-
chara con verdadera deleitación y exclamó: ¡Deliciosa! Lo único
que necesita es unas cuantas papas.
- ¡Yo tengo unas papas en mi cocina! Gritó una mujer.
Y en pocos minutos estaba de regreso con una gran fuente de
papas peladas que fueron derecho a la sopa. El extraño volvió
a probar el brebaje: ¡Excelente! dijo y añadió pensativamente:
- Si tuviéramos un poco de carne, haríamos un cocido más
apetitoso.
Otra ama de casa salió zumbando y regreso con un pedazo
de carne que el extraño tras aceptarlo cortésmente introdujo en
el puchero.
Ilustración: Ma. Lissette Rojas Tejada
Cuando volvió a probar el caldo, puso los ojos en blanco y dijo:
- ¡Ah qué sabroso! Si tuviéramos unas cuantas verduras, sería
perfecto, absolutamente perfecto...
Una de las vecinas fue corriendo hasta su casa y volvió con
una cesta llena de cebollas y zanahorias; después de introducir
las verduras en el puchero, el extraño probó nuevamente la sopa
y con tono autoritario dijo: - la sal.
Aquí la tiene, le dijo la dueña de casa. A continuación dio otra
orden: ¡Platos para todo el mundo!
La gente se apresuró a ir a sus casas en busca de platos.
Algunos regresaron trayendo incluso pan y frutas.
Luego se sentaron todos a disfrutar de la espléndida comida, mien-
tras el extraño repartía abundantes raciones de su increíble sopa.
Todos se sentían extrañamente felices mientras reían, char-
laban y compartían por primera vez su comida. En medio del
alborozo, el extraño se escabulló silenciosamente, dejando tras
de sí la milagrosa piedra de sopa, que ellos podrían usar siempre
que quisieran hacer la más deliciosa sopa del mundo...
Cuando la sopa se terminó, la mujer que puso a hervir el agua
asomó con asombro a la olla, percatándose que la piedra que
se encontraba al fondo de la misma era solo ¡una piedra común!
como la que podría encontrar al salir a su jardín.
Me parece que esta lectura encierra una lección de vida, orga-
nización y liderazgo extraordinario, ya que el sólo hecho de ge-
nerar el contexto adecuado, fue capaz de movilizar y motivar a
un vecindario que, en otras circunstancias, hubiese sido incapaz
de coordinar sus esfuerzos en el logro de un objetivo (y mucho
menos en manos de un extraño).
Si analizamos profundamente este ejemplo de liderazgo, nos
podemos percatar que en la vida real, generalmente los líderes no
dependen del dinero, sólo tienen un morral lleno de piedras para
la sopa.