Rúbricas 2

109 si revivieran nuestros poetas-patriarcas, como don Francisco Berrones o don Antonio García, tendríamos que llevarlos a hacer casting para que pudieran volver a pisar la Alhóndiga?, ¿y en qué cabeza cabe que tendrían que haber hecho fila Óscar Chávez, Jaime López o Guillermo Briseño de modo que los burócratas se convencieran de que merecían estar en ese foro? Si durante 16 años estuvimos presentes fue porque, además de los valores intrínsecos de nuestra tradición, seguramente había entonces funcionarios que aunque quizá no compartieran nuestras opiniones sobre algunos temas sociales, tenían la inteligencia y sensibilidad suficientes para comprender que lo que acontecía anualmente en la Alhóndiga no era estrictamente un concierto “exitoso” de Los Leones de la Sierra, sino un ritual colectivo alimentado de la savia musical y poética del México más profundo y entrañable. Por todo lo anterior, el argumento esgrimido por Juan Alcocer y Lidia Camacho de que no hemos respondido a las convocatorias en los últimos tres años es absolutamente falso, pues desde hace tres años ni invitaciones ni convocatorias han existido para nosotros. Desde principios del gobierno de Juan Manuel Oliva comenzamos a percibir la hostilidad hacia nuestro trabajo. Podemos afirmar, por ejemplo, que una de las primeras crisis que enfrentó Juan Alcocer, recién estrenado en sus funciones, tuvo lugar cuando Juana de la Cruz Martínez Andrade, coordinadora general de Comunicación Social del gobierno del estado, lo reprendió enérgicamente a las pocas horas de nuestro concierto de octubre de 2006. Ahora bien, es cierto que ya en este sexenio realizamos todavía tres producciones, sin embargo el espectáculo del año 2006, “Latinoamérica es una”, en realidad fue posible porque ya lo había dejado programado la administración anterior del Instituto. Asimismo, y a partir de datos confirmados con funcionarios de entonces, podemos aseverar que las siguientes dos invitaciones (la de 2007, en la que compartimos escenario con Óscar Chávez, así como la de 2008, en que tuvimos como invitados a Jaime López y Guillermo Briseño) fueron sostenidas desde la oficinas centrales del fic, no sin pocas dificultades con quienes aquí en Guanajuato, desde el comienzo del sexenio buscaban la manera de que quedáramos fuera de la programación. En esos tres últimos casos, aunque el Instituto Estatal de la Cultura nos giró el oficio –porque ellos ineludiblemente tenían que ser el enlace operativo– en el mismo se nos indicaba que la decisión de participar había sido tomada por un “comité consultivo interinstitucional”. El 23 de octubre de 2008 fue nuestro último concierto en la Alhóndiga. En esa ocasión, acompañados por los rocanroleros Guillermo Briseño y Jaime López, y recurriendo a recursos multimedia, además de muchas otras temáticas, abordamos en algunas trovas las terribles realidades del país (el tráfico de influencias de Mouriño, la tentativa de privatizar el petróleo, la escalada del narcotráfico y del crimen organizado, entre otros temas) y al momento de las tradicionales calaveras, cuando llegó otra vez el turno de las rimas alusivas a Juan Manuel Oliva, el público le lanzó, por tercer año consecutivo, una rechifla generalizada (igual que las hubo en su momento para Medina Plascencia, Martín Huerta, Romero Hicks, Salinas, Zedillo, Fox, etc.). Una reportera recogió esa noche una expresión de Guillermo Briseño, quien proféticamente señaló que en el transcurso del espectáculo sentía que en cualquier momento nos iban a bajar el switch. Coincidentemente, a partir de aquella primera reprimenda a Juan Alcocer y sobre todo después de ese último concierto nuestro (en el que seguramente “les colmamos el plato”) y hasta hoy, no sólo fuimos desapareciendo de las programaciones habituales que el Instituto Estatal de la Cultura genera a través de su Dirección de Difusión Artística, sino que igualmente, en los últimos cinco años se cuentan con los dedos las ocasiones en las que los funcionarios de esa institución han otorgado apoyo a clubes de paisanos emigrados en eua o a quienes en el estado les solicitan financiar algún concierto nuestro en sus festividades. Tenemos confirmado que hay un argumento con tufo lópezportillista que durante estos años ha prevalecido: “dicen que no nos contratan porque si queremos hablar mal del gobierno pues que lo hagamos, pero en espacios en que no nos paguen con dinero del que manejan las instituciones...”. En esa afirmación y paranoia asoma no sólo la intolerancia, sino otra vez más la ignorancia, pues en la tradición milenaria de la que provenimos, los poetas y juglares siempre han sido cronistas del devenir histórico y críticos de quienes ejercen el poder para que no se endiosen y para que no se les olvide cumplir lo que le prometen a la gente que los encumbra. Pero además, quienes en verdad conocen la obra de Los Leones de la Sierra saben que las temáticas de nuestras composiciones abrevan en la multiplicidad de dimensiones que tiene la vida y que nuestra propuesta artística de ninguna manera se reduce a los contenidos que critican y cuestionan a los gobernantes, a los partidos políticos o a los poderes fácticos. Pero que nadie se llame a engaño: ni nos estamos victimizando, ni le estamos mandando copia de este relato a la cndh, ni estamos pretendiendo afirmar que somos perseguidos políticos. Entendemos en su justa dimensión lo que acontece, y tampoco es la primera ocasión en las tres décadas que llevamos en el destino huapanguero que vivimos este tipo de situaciones, ni somos los únicos. En distintos momentos y contextos hemos conocido bloqueos, asedios caciquiles, malhumores, difamación y guerra sucia de alcaldes y políticos pueblerinos de prácticamente todos los partidos. * * * Algunas situaciones al principio hasta nos han parecido bromas, pero para sorpresa nuestra no ha sido así, como el año pasado, cuando en el contexto de una invitación para tocar en la ciudad de Irapuato, con motivo de las fiestas del Bicentenario, llegó a mi correo una comunicación firmada por la maestra Felícitas Méndez Mata, quien en ese momento fungía como secretaria técnica de la comisión municipal de esos

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