Rúbricas 2

110 Otoño - Invierno 2011 festejos, y posteriormente también pude saber que había sido diputada local suplente –y algunos meses propietaria– por el Partido Acción Nacional en el periodo 2006-2009. Decía su correo: ESTIMADO SEÑOR GUILLERMO: POR ESTE MEDIO ME DIRIJO A USTED PARA COMENTARLE QUE TENGO ENTENDIDO QUE USTED EN SUS PRESENTACIONES TRAE ALGUNA CANCIÓN QUE DESPRESTIGIA LA LABOR DE NUESTRO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FELIPE CALDERÓN, POR LO TANTO LE PIDO DE FAVOR QUE LA EXCLUYA ESA Y ALGUNAS OTRAS QUE PUEDAN OFENDER A NUESTRO GOBIERNO TANTO MUNICIPAL, ESTATAL Y FEDERAL ESTO SERÍA PARA LA PRESENTACIÓN QUE TENDREMOS EN IRAPUATO EL DIA 30 DE JULIO DEL ACTUAL. POR SUS ATENCIONES LE AGRADEZCO Y MIL GRACIAS. FELÍCITAS MÉNDEZ MATA * * * De inmediato hubo una enérgica respuesta nuestra y todo concluyó con un correo en el que las autoridades de cultura de Irapuato se deslindaban puntualmente de los dichos de la maestra Felícitas. Otra “perla” digna de la columna “Por mi madre bohemios” del tan querido Carlos Monsiváis es lo que sucedió en la cabecera municipal de Xichú el 4 de agosto del año pasado: invitado a tocar en la plaza por un comité de la comunidad con motivo del “día del párroco”, minutos antes de comenzar el señor cura me buscó en el escenario para decirme que “coincidentemente” el señor gobernador estaba de visita y lo habían invitado a la fiesta a comer junto con toda la feligresía, y debido a que el alcalde y él mismo aprovecharían para solicitarle ciertas obras, me pedía evitara en mi canto cosas que pudieran incomodarlo. Fue preciso contestarle, cortés, pero con firmeza, que yo como trovador no aceptaba que nadie por ningún motivo me censurara, que así como su ministerio merecía respeto, lo mismo pedía para el mío –que es el de la palabra– y que la decisión de qué trovar me correspondía exclusivamente a mí. Luego de oír mi respuesta observé cómo se dirigió en seguida a dialogar con una persona del equipo de logística del gobernador que ya lo esperaba a pocos metros, y más tarde pude saber que los enviados del gobierno del estado desde un día antes habían platicado este asunto con el párroco, y condicionaron la presencia de Juan Manuel Oliva en la plaza a que yo no cantara nada que eventualmente pudiera hacerlo sentir mal. Hilé fino esa tarde y no dudo que en los archivos del cisen y en la memoria del gobernador algún recuerdo perviva de los versos que trové. Pero para concluir, y en referencia al asunto central que nos ocupa, quiero terminar diciendo que convocamos a esta conferencia de prensa para ejercer nuestro derecho de réplica y para dejar muy claro que si bien el fic y el Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato están en libertad de invitar o excluir de sus programaciones a quien ellos quieran, a lo que no tienen derecho es a mentir, ni por salir del paso, ni por desdén, ni por quedar bien con el gobernador en turno, ni por ninguna razón. Al público que por 16 años nos acompañó en la Alhóndiga le agradecemos su generosidad y cariño, y a quienes por sus filias y fobias políticas terminaron con el tradicional ritual colectivo que ahí sucedía y ahora nos emplazan engreídos a rastrear y bajar de Internet sus convocatorias para que haga casting nuestra tradición milenaria (que, por cierto, no se reduce a la propuesta de Los Leones de la Sierra) deben saber que no nos quita el sueño ver bloqueado el acceso a su programación, aun cuando los espacios institucionales que controlan, se sostienen y existen gracias al dinero público. “600 artistas guanajuatenses participarán en el fic, todos de primera calidad –presumió en otra parte de su declaración Juan Alcocer– como la Orquesta Sinfónica de la Universidad y el Ballet Folclórico…”. Al respecto, y a propósito de esos “criterios de calidad” que suelen determinar “el visto bueno” de los “altos funcionarios de la cultura”, nosotros orgullosos estamos de que en nuestro “currículum” predomine haber tocado en La Biznaga, El Capadero, La Gotera, El Devisadero, Mangas Cuatas y cientos de comunidades y pueblos de nuestro país que hemos pisado en los últimos 30 años. Y es que si bien también hemos estado en Londres, Nueva York, Berlín, París, Lisboa, Caracas o Nairobi, eso no nos significa más que haber tocado y seguir haciéndolo con la misma entrega y dignidad en bautizos o bodas humildes en Las Negritas, Las Enramadas, El Revolcadero, o La Mesa del Tigre. Al contrario de la mentalidad que suele prevalecer en las instituciones, a nosotros nos engrandece más el lodo que se nos pega en los zapatos para llegar a una topada en El Ranchito de los Guzmán y los gritos rancheros de júbilo en el apogeo de zapatear un son o un jarabe, que el reconocimiento en francés del Festival L’imaginaire 2011 o una reseña en Le Monde, aun cuando también esas vivencias y satisfacciones formen parte de nuestro haber. ¿O es que la música tradicional mexicana tiene que aprender a “bailar de puntitas” o a tocar por nota para que sea digna de ser tomada en cuenta por los “exquisitos” y clasistas criterios que casi siempre subyacen en la selección de un elenco artístico en las cúpulas de la burocracia cultural? ¿O tiene que venir algún gringo o europeo a decir que el huapango arribeño “¡is so cool!” para que se le reconozca valor cultural y artístico? Más allá de la estrechez mental de muchos gobernantes y funcionarios, afortunadamente la genuina música tradicional mexicana tiene y seguirá teniendo vida propia mientras no pierda el vínculo comunitario que la nutre. Y así, haya apoyos institucionales o no, va a continuar vigente y revitalizándose para bien de todos, porque la música tradicional de cada región de nuestro país ha sido siempre, y hoy más que nunca, un referente inextinguible de memoria histórica, resistencia y vitalidad. O dicho de otra manera y por lo que toca a nosotros, a nuestra tradición y al país al que orgullosamente pertenecemos como artistas populares:

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