Rúbricas 2

89 Podemos observar que el territorio municipal ha padecido un conjunto de intervenciones para fortalecer la centralidad de lo que fuera el territorio del municipio de la capital del estado antes de 1962, a cambio de una transformación radical en el uso de su suelo, densidad habitacional y edificada, y deterioro ambiental. Más aún, parece que las condiciones de habitabilidad están en proceso de deterioro acelerado a partir de la descomposición social que es posible apreciar en los últimos años ante las recurrentes crisis económicas que ha venido soportando la mayoría de su población. En esta línea y refiriéndonos a la problemática de seguridad que vive hoy nuestro país, observamos que ésta no se reduce a un asunto policíaco, ni mucho menos militar, sino de equidad en la distribución de los beneficios de los procesos de urbanización de la cultura. Al identificar una serie de barrios y colonias en estado de pobreza y marginalidad,3 emplazados en la periferia y en el espacio central de la ciudad, la Secretaría de Desarrollo Social y Participación Ciudadana ha puesto en marcha un esquema denominado Programa Integral Urbano Social. Tiene como objetivo establecer programas y acciones de tipo urbano/arquitectónico y social en sectores degradados de la ciudad de Puebla que presentan índices de pobreza, marginalidad, rezago social y educativo desde una visión sustentable. De esta manera pretende mejorar las condiciones de la población a través de acciones encaminadas a la superación de la pobreza urbana y social, así como la apropiación de acciones urbanas arquitectónicas a través de la participación de la población beneficiada. Lo interesante es el planteamiento de una estrategia que involucra a los actores en el conjunto de acciones urbano arquitectónicas que puedan emerger de diagnósticos que parten del análisis de la realidad espacial de los barrios y colonias, pero que están vinculados, precisamente a los beneficiarios de esas acciones. Así, en el corto plazo se elabora una cartera de proyectos, de los cuales se derivan documentos ejecutivos que son sometidos a la aprobación de asambleas de habitantes de los barrios involucrados. En el mediano plazo se pretende ejecutar las obras, promoviendo la organización social a través de comisiones de seguimiento de éstas y fortaleciendo el trabajo comunitario, desde la discusión y decisión de la priorización de las acciones, hasta la participación en la realización material de las obras. Desde la perspectiva técnico/científica los estudios que se realizan para el diagnóstico pretenden abordar la realidad de las colonias a partir de aquellas variables en la planeación que procuran atender un programa de necesidades espaciales a escala de lo que pudiéramos llamar microurbano, 3 Para determinar las zonas del programa se consideraron aspectos plasmados en indicadores que establece el Art. 33 de la Ley de Desarrollo Social Estatal: 1. Ingreso corriente per cápita, 2. Rezago educativo promedio en el hogar, 3. Acceso a servicios de salud, 4. Acceso a la seguridad social, 5. Calidad y espacios de la vivienda, 6. Acceso a los servicios básicos de la vivienda, 7. Acceso a la alimentación. Fuente: Secretaría de Desarrollo Social y Participación Ciudadana, Municipio de Puebla, 2011. manzana por manzana, para hacer una aproximación más certera en la intervención de la gestión pública y contando con la colaboración de la comunidad que habita la colonia. Esta es la parte innovadora del planteamiento ya que, históricamente, estas intervenciones se han apegado a la ciencia urbana tradicional. Es decir, a partir de una planificación centralizada, con lectura y expresión de la realidad a partir de planos de dos dimensiones, señalando usos de suelo, vialidades y densidades habitacionales y algún dato más. Estos planes los hemos visto por años en nuestras ciudades y poco se relacionan con la vida cotidiana de sus habitantes y, menos aún, con una idea de futuro de la ciudad que la mayoría tenemos. En breve: estas cartas urbanas o planes se reducen a las actualizaciones de la dinámica constructiva de nuestras ciudades en plazos más o menos regulares, es decir, aquello que cambió en los últimos años, pero nunca a lo que deberá ser en el futuro. Así, la verdadera planificación urbana se desarrolla en las inmobiliarias, en los bancos y con la coordinación de las oficinas de planeación urbana de los municipios que, hay que decirlo, tienen poco margen de acción ante las enormes presiones de inversionistas y de los gobiernos estatales o federal. En la búsqueda de alternativas, con los pius se vislumbra una iniciativa interesante, apenas incipiente, que parte de la oficina de la Secretaría de Participación y Desarrollo Social Municipal de Puebla y que, al parecer, pretende desarrollar el ejercicio de una ciencia urbana diferenciada de la tradicional. Es decir, desde la lectura e interpretación colectiva de la realidad a partir de elementos físicos (naturales y edificados), demográficos, económicos, sociales, culturales y, lo más interesante, en interacción con los actores principalísimos: los habitantes del lugar. Se ha organizado una aproximación para la atención de barrio por barrio y colonia por colonia a partir de indicadores de pobreza urbana con la finalidad de generar propuestas de intervención alineadas a un diagnóstico científico/técnico y a las demandas de los habitantes. Parece que no es más a partir de una carta urbana abstracta de la realidad y sujeta a los intereses político electorales o económicos inmobiliarios. Es a nivel de un microurbanismo y en la participación que ofrece una vía posible para humanizar nuestra ciudad. Una de las variables que se incorporan al diagnóstico es el análisis sobre el origen y desarrollo histórico espacial de los barrios. Con la incorporación de esta variable, es posible encontrar algunas pistas para la construcción de identidad de estas colonias, tema absolutamente ignorado por los planes centralizados en las cartas urbanas, pero que es un ingrediente de cohesión social fundamental para sus habitantes. Es ahí donde la participación de los actores sociales ha sido entusiasta y de mayor colaboración al identificar narraciones inéditas de lo acontecido en nuestra ciudad, que son historias de vida de personas concretas.

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