Rúbricas 7

48 Primavera - Verano 2014 de Australia, ha determinado, por ejemplo, que cada error que un usuario comete en un formulario administrativo, cuesta catorce dólares a la agencia de seguros que administra los formularios. La reducción del número de errores cometidos por usuarios como resultado de mejoras en el diseño de los mismos puede entonces ser medida en términos de inversión y ganancias. La agencia gubernamental de seguros del estado de Victoria, Australia, verificó que, después de implementar una campaña de seguridad vial que incluyó el gasto de seis millones de dólares en medios publicitarios, ahorró 118 millones en pagos de seguros. Es necesario continuar evaluando los efectos económicos del uso del diseño de comunicación para que sea apreciado como inversión atractiva. Relevancia El diseño debe ser relevante, de manera de elevarse por encima de las modas y penetrar todas las dimensiones de la vida en función de mejorarla. El diseño irrelevante es negativo tanto para la profesión como para la ecología. Si queremos intentar mejorar la posición del diseño en relación con otras actividades humanas, deberemos evaluar la relevancia de los proyectos de diseño y promover trabajo en áreas en las que el diseño pueda hacer una contribución realmente positiva a la sociedad. El bien común Es muy común pensar en hacer trabajo ad-honorem con fines humanitarios. Este no es el tema. El bien público debe ser el objetivo más importante de toda actividad de diseño, y debe ser perseguido con los mejores recursos, entendiendo el uso de esos recursos como una inversión con buen retorno en relación con dimensiones ocultas de la economía. Pensemos, por ejemplo, en los formularios de impuestos que son llenados por 20 millones de personas en Canadá, en relación con lo ya dicho acerca del costo de errores. Pensemos en los 300 mil dólares en atención médica que cuesta una fractura de médula espinal en el primer año de tratamiento y en los 200 mil canadienses que sufren lesiones en incidentes viales todos los años. Pensemos en los 51 millones de días de trabajo perdidos por lesiones en la vía pública, en el trabajo, en la casa y en el deporte en Canadá. Mucho puede hacerse acerca de todo esto mediante buenas campañas comunicacionales, mejoramiento de la información, educación pública y acción comunitaria. Sostenibilidad Dado el estado de cosas de hoy, tanto en relación con la ecología como con la cultura, no es posible diseñar sin enmarcar la tarea en la noción de sostenibilidad. El enorme crecimiento de la basura y la falta general de responsabilidad de la industria y los gobiernos acerca del uso de productos y procesos tóxicos o dañinos son tan negativos para el ambiente físico como lo es para el ambiente cultural la promoción que la industria del entretenimiento hace de la violencia y el egoísmo. La sostenibilidad ecológica y la cultural deben convertirse en parte de todo proceso de diseño, y las escuelas tendrán un rol muy importante que jugar en la formación de las nuevas generaciones de diseñadores para que esa preocupación sea automática. Mientras que es verdad que existen muchas injusticias en países distantes, hay demasiado que hacer acerca de la sostenibilidad física y cultural en nuestro medio inmediato. Eficacia y democracia Estos son los dos polos entre los que se mueven los grupos de personas cuando deben tomarse decisiones colectivas. En qué punto de ese continuo reside el equilibrio adecuado, es cosa de evaluar en cada situación. Si las decisiones de diseño –y otras que nos afectan– deben tomarse colectivamente, necesitaremos reflexionar más sobre la naturaleza de estas decisiones, y sobre criterios a usar para establecer el mejor equilibrio entre los dos polos. Los diseñadores más sofisticados están entendiendo su tarea como el diseño de la relación entre gente y productos; ahora debemos desarrollar una mejor comprensión de las relaciones de las personas entre sí. Cuando se quieren realizar proyectos de diseño siempre hay que trabajar con otras personas. Muchas veces propuestas interesantes quedan sin ser realizadas porque sus originadores carecen de la habilidad para trabajar con gente en posiciones de poder. Cuanto más original sea la propuesta de diseño, más difícil será implementarla, particularmente si requiere importantes sumas de dinero. La formación de diseñadores debe contemplar el desarrollo de la capacidad de organizar la gestión del diseño, particularmente en lo que se refiere al trabajo en equipos y a las relaciones con otras personas que en más o en menos tienen un rol que jugar en el desarrollo de un proyecto. La capacidad del diseñador de planificar la concepción y la producción de objetos de diseño debe extenderse a la posibilidad de planificar los aspectos humanos que entran en juego en el proceso de diseñar un producto, una comunicación o un ambiente. Planificación y auto-organización Todo problema de diseño incluye planificación y auto-organización: no es posible continuar creyendo que la planificación puede resolver todo. La comprensión de la capacidad de las cosas y la gente para organizarse dentro de una situación dada, pone a la planificación en una perspectiva interesante y, por cierto, más humilde de lo habitual. Los modelos provistos por los equipos de deporte o las divisiones militares no son suficientes para entender la planificación de los grupos humanos, pero el extremo de auto-organización de Calcuta no es ni deseable ni sostenible. En diseño debemos prestar más atención a la manera en que las cosas interactúan entre sí, y a la dinámica de grandes sistemas complejos, tales como las ciudades, las ecologías o el mercado de valores, y desarrollar modelos mejores para reemplazar viejas estrategias de planificación.

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