Rúbricas Número Especial 2

18 Número especial, otoño 2013 culturas políticas. De un lado están los que dicen que jamás habían participado en una “asamblea”, que no entendían ni habían experimentado el debate con otros en la calle, el disenso, la búsqueda de acuerdos, porque lo suyo era fundamentalmente el clicktivismo, un involucramiento a través de los dispositivos digitales. En el otro lado están los que vienen de la cultura asamblearia y se muestran fascinados por “descubrir” la potencia de lo que quisiera llamar dispositivos sociotecnológicos, en un intento por escapar a la determinación de la tecnología. Esto, me parece, estaría indicando dos cosas: el señalamiento del “falso” debate en torno a la centralidad de las redes y los dispositivos digitales en contraposición a la experiencia “analógica” y, lo más importante, la potencia articuladora de movimientos juveniles que entienden que la micropolítica efectiva, aquella capaz de alterar los marcos subjetivos de la experiencia cotidiana, debe ser capaz de combinar simultáneamente el cuerpo en la calle y la red. La fuerza incontenible de una comunicación sin centro, que fluye y enlaza subjetividades políticas, es difícil contenerla con los aparatos de represión tradicionales. Una nueva forma de resistencia está en gestación, sus protagonistas son los jóvenes. El dilema o la pregunta central en estas formas de empoderamiento juvenil, me parece, estriban en la posibilidad de transformar esta agencia en potencial ciudadano, en un relato viable de futuros. Algunas notas finales Podríamos continuar en aproximaciones sucesivas, y cada vez más profundas, a los mundos juveniles. De sus cuerpos, sus lenguajes, de sus músicas, de las drogas... He intentado ofrecer un panorama amplio y complejo de los territorios, problemas, procesos y prácticas de la juventud que considero claves para una escucha atenta y respetuosa de sus voces. Las pertenencias, la búsqueda de sentido y el papel del consumo, juegan un papel constituyente en las identidades juveniles. Por consiguiente, quisiera cerrar mi intervención con algunas preguntas para la reflexión. Frente al cierre de espacios de inclusión digna y equitativa, ¿quiénes, qué instituciones o cuáles son los discursos que están ofreciendo alternativas? He podido constatar que los jóvenes, en los circuitos de precarización, sólo tienen como capital su propio cuerpo (muchas veces menguado por el hambre) y como mercancía intercambiable, el riesgo. Millones de ellos hoy venden riesgo: se adentran en la espiral de violencias del crimen organizado, se vinculan a mercados piratas, cruzan fronteras como “mulas” transportando droga. El riesgo es muy atrayente, hay fuerzas muy interesadas en comprarlo. Frente a la ausencia de un relato de futuro, de la pérdida de sentido, frente a la evidencia que muchos de ellos y ellas experimentan diariamente ser enFotografía: Gabriel Saldaña / CC BY Una nueva forma de resistencia está en gestación, sus protagonistas son los jóvenes

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