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niños y la NFIP verificaría su sangre para comprobar si había inmunidad o no. Pero para lograr esto
se requería una gran cantidad de pruebas de neutralización, que requerían mezclar serum de sangre
de niños vacunados con virus vivo de Polio y células en cultivo. Si la vacuna funcionaba, el serum de
los niños vacunados debería bloquear el virus de Polio y proteger las células, pero si no funcionaba,
el virus infectaría a la célula causando daño que los científicos podían verificar usando microscopios.
Los esfuerzos de Jonas Salk para vencer la Polio, se vieron complementados por la disponibilidad de las
células HeLa
(http://www.pbs.org/wgbh/americanexperience/films/polio/)
El problema era que en aquella época las células utilizadas para las pruebas de neutralización, venían
de monos que morían en el proceso. Esto era un gran problema no por la preocupación de hoy en
día en contra del sufrimiento de los animales, sino que cada uno de los monos era muy caro. Hacer
pruebas de este tipo a nivel de millones de pruebas requeriría millones de dólares por el costo de
los monos. Entonces la NFIP puso su empeño en buscar una célula cultivada que pudiera crecer a
nivel masivo y que esto fuese más barato que usar monos.
La NFIP contactó a George Gey junto con otros expertos para obtener ayuda y Gey reconoció la gran
oportunidad que le ofrecían. Esta oportunidad apareció en el momento perfecto pues poco tiempo
después de que la NFIP contactó a Gey para pedir ayuda, él se dio cuenta del potencial de las células
de Henrietta que se reproducían como ninguna otra célula humana.
Desde la comprobación de la vacuna contra la Polio, las células HeLa han participado en la
investigación de los genes que causan Cáncer y de los que impiden el Cáncer; han ayudado a
desarrollar drogas contra Herpes, Leucemia, Influenza, Hemofilia y Parkinson; han sido utilizadas