

t e s e l a
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S
olía pensar que cuando estudiabas áreas de Comercio lo
único que veías era dinero. Sé que es un estereotipo y hasta
podría caer en discriminación pero era la forma en la que per-
cibía a la gente. Entonces me encontré con Sergio Velázquez
ánchez, originario de Poza Rica y estudiante del octavo semestre de
la Licenciatura en Comercio Internacional.
De niño su tiempo estaba contado, y no me refiero a que era cons-
ciente de su mortandad, sino que sus metas eran tan grandes que
lo tenían corriendo de un lado para otro haciendo todo tipo de ac-
tividades. De pequeño le gustaba mucho el futbol y con su equipo
Aceiteros de Poza Rica llegó a la final estatal. También lo llevaban a
varias clases de idiomas. Su día se veía como una carrera contra el
tiempo, escuela, futbol, inglés, tarea y así, continuar al día siguiente.
Sin embargo, Sergio no puede sentirse más agradecido por haber
tenido todas esas oportunidades.
Quien no lo conoce personalmente, sabe que nadie le dice Sergio
y que corre con el mote de Chey Venz. Jamás pensé que la historia
que se hallaba detrás de su nombre fuese tan interesante. Todo co-
mienza con su abuelitos quienes vivían en Puebla y eran agricultores.
Después de unos años se dieron cuenta que “la vida del campo no
es beneficiosa”, así que con lo poco que tenían se mudaron a Poza
Rica donde el abuelito de Chey trató de dedicarse al comercio, su-
ceso que más adelante se volvió la inspiración para elegir su propia
carrera. Su abuelita le decía Checo a su esposo y a su hijo, y cuan-
do nació Sergio, el apodo sufrió una modificación volviéndose Chey.
Pasaron años hasta que el comercio diera lo suficiente para vivir con
comodidad, pero en esos años previos su abuelita enfermó y tras
enfrentar una complicación médica, falleció. El Venz es una combi-
nación entre sus dos apellidos. Más que un nombre o un apodo, un
hombre se construye de historias.
Chey Venz ha sufrido, amado, perdido y encontrado solo para
volver a perder. Una vez se enamoró, y aunque las cosas no salie-
ron bien, muchas de las decisiones que tomó las hizo por amor, así
que en este momento sólo le resta agradecer por la persona quién
es ahora. Le motiva la belleza y la esencia de los seres humanos,
así como los procesos, las amistades, las etapas y el crecer en el
ámbito del comercio. Está convencido que nada podrá detenerlo y
esto se debe a lo que ha vivido.
Decidir entre ser futbolista profesional o licenciado y venirse a Pue-
bla es una de esas decisiones. En primer semestre todo lo que había
forjado comenzó a desmoronarse, recibió una decepción de aque-
lla chica que quería de verdad que aunado a otras cosas lo llevó a
tocar fondo. “Sentí como si la vida hubiese perdido sus colores”. Sin
embargo comprendió muchas cosas: “el machismo es una realidad
muy dolorosa en México pero quiero cambiar eso”. Actualmente está
enamorado de la idea de tener novia pero no se siente capaz de vol-
ver a confiar en alguien.
“Espero al terminar mi carrera, encender esta llama que alguna vez
se apagó. El dinero siempre va a fluir entre los comerciantes, de mane-
ra general y hasta mecanizada. Pero yo creo en la atención individual
y darle su lugar a cada persona. Quiero convertir el comercio en una
nueva forma de vida”.
Por Rolando Maroño Vázquez
Alumno de Ingeniería en Mecatrónica
fotografía: fernanda mejía sánchez, alumna de la licenciatura
en mercadotecnia
TRANSFORMACIONES
“Espero al terminar mi carrera,
encender esta llama que alguna vez
se apagó. El dinero siempre va a fluir
entre los comerciantes, de manera general
y hasta mecanizada. Pero yo creo en la
atención individual y darle su lugar
a cada persona...”