

m o s a i c o
c e n t r a l
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vas tecnologías, teléfonos celulares, cámaras digitales,
dispositivos móviles, etc. Las formas y las modalidades
son muy variadas, desde controlar a la persona (pareja,
novia, hija, etc.) a través de las llamadas o mensajes que
recibe en su teléfono celular, hasta fotografiar, grabar vi-
deo de la persona y publicarlo en redes sociales, donde
se evidencia y descalifica a través de dichos materiales,
que en segundos alcanzan a llegar a decenas, cientos o
miles de personas, vulnerando y desestabilizando emo-
cionalmente a la persona que la padece. Desde mi pun-
to de vista, se asemeja a la quema de brujas en pleno
siglo XXI, aunque, ahora sería una quema virtual. Desa-
fortunadamente muchas y muchos jóvenes la padecen
pero por los prejuicios y estereotipos sociales, logran
que afecte de distinta manera a unas y a otros.
Otra forma de violencia que está creciendo en nues-
tro país a través de las redes sociales como Facebook
y otras, es el enganche con fines de trata y explotación
sexual a niñas y jóvenes. A través de la seducción y
el enamoramiento virtual estos “cazadores” atrapan en
sus redes a jóvenes ingenuas, prometiéndoles el sol,
la luna y las estrellas, una relación de pareja estable,
un trabajo muy bien remunerado, viajar y conocer otros
lugares lejanos, etc.
Estos delitos se pueden prevenir cuando trabaja-
mos para romper estereotipos e imaginarios tradicio-
nales y equivocados acerca de las mujeres. Cuando
a niñas y jóvenes se les de acompañamiento, impulso
y oportunidades que les conmine a esforzarse por al-
canzar sus sueños, a ser ellas mismas, a hacer y tener
proyectos de vida para ellas; su desarrollo y crecimiento
físico, emocional, deportivo, artístico e intelectual es po-
deroso. Ésta será la mejor manera para lograr cambios
sociales y culturales, no sólo en beneficio de ellas sino
de toda la humanidad.