

m o s a i c o
c e n t r a l
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“
¡Me dejaste en visto!”, “¿Por qué tenías conexión a esa hora en
?”, “¿Con quién te escribes tanto?”, “Seguro quiere
contigo. ¡Se la pasa dándole
like
a todas tus fotos!” estas son
afirmaciones comunes y cada vez más frecuentes entre las pa-
rejas jóvenes que han adoptado a la tecnología como una forma de
mediación de la relación.
No quiero sonar anticuada pero, anteriormente, las relaciones
comenzaban usualmente con una invitación a salir y algunas pláti-
cas de café, salidas al cine, entre otras cosas. Ahora, las relaciones
comienzan con largas conversaciones por
inbox
o
. Con-
sideramos que ya no es realmente necesario ver a la persona y ver
en sus ojos que se siente atraíd@ hacia nosotros, porque tenemos
como “evidencia” que le da
like
a todas nuestras fotos en Instagram.
Sí, ese es el nuevo
me gustas
.
Mucho se hablaba del Gran Hermano, el Estado –según Foucault-,
que todo lo vigilaba, y así es. Sólo que ese Gran Hermano somos
nosotros mismos y la tecnología. La creación de nuestros perfiles en
redes sociales supone y permite que otros monitoreen nuestras activi-
dades, por supuesto, incluida la pareja.
Estas nuevas tecnologías permiten que estemos más ‘conecta-
dos’, al menos en apariencia. No obstante, también permiten que
seamos monitoreados y que podamos tener la ilusión de controlar
a nuestra pareja a partir de su actividad en redes. Hace poco es-
cuché esta frase que me parece por demás destructiva: “Perfiles
vemos, inbox no sabemos”, es completamente una incitación a la
sospecha y fomenta la necesidad de revisar los
inbox
y conversa-
ciones que tiene la pareja en PRIVADO con otras personas. Pero,
¿de dónde sale todo esto?
El origen es nuestra propia necesidad de control y nuestra de-
pendencia hacia los
gadgets
y redes. Si queremos tiempo de cali-
dad con la pareja, no es necesario vigilar sus últimas actualizaciones
Parejas mediadas por la tecnología
o sus últimas horas de conexión, es necesario vernos en persona,
pasar tiempo juntos y omitir el
Smartphone
durante todo nuestro
encuentro. Estamos juntos porque queremos ¿o no?
Una consideración importante es que revisar las redes sociales
y celular de la pareja y exigirle la contraseña, o cualquier otro instru-
mento tecnológico que use para comunicarse, constituye un acto de
violencia. Sí, tal cual. Revisar y monitorear a la otra persona es una
falta grave a la confianza al interior de la pareja y además constituye
violencia psicológica. No son pocas las parejas que terminan a causa
de problemas generados por las redes sociales, o por un mensaje
inapropiado en
o el top de
Snapchat,
¿Valdrá la pena?
Lo cierto es que cuando se desea construir una relación sana y es-
table debe existir respeto hacia la privacidad e intimidad de la otra
persona. Todos tenemos amistades, grupos, intereses y también el
derecho a descubrirlos por el medio que creamos más convenien-
te. Si alguien copta esa libertad, nos estará violentando, así como
nosotros estaremos violentando a nuestra pareja si somos nosotros
quienes buscamos controlar o vigilar su actividad tecnológica.
Esta es la época en la que nos tocó vivir: llena de gadgets y
aplicaciones. Lamentablemente, los genios de la tecnología no han
desarrollado una
ParejaSanaApp
descargable en la que nos aparez-
ca un mensaje en la pantalla diciendo “Te estás pasando del límite”
o “No violentes, respeta a tu pareja”. Finalmente, si bien las redes
sociales y la tecnología han sido un facilitador de la infidelidad, nada
se resuelve vigilando y monitoreando a la pareja por estos medios.
Quien tiende a ser infiel, lo será, con o sin red 4G. Lo importante es
construir una relación basada en el respeto y la confianza entre ambos,
y también trabajar nuestras propias inseguridades para no proyectar-
las en la persona con la que queremos estar. Siempre hay mucho por
hacer para usar la tecnología a favor.
Más información:
www.betzabevancini.com.Todos tus comentarios son bienvenidos @betzalcoatl
Por Mtra. Betzabé Vancini Romero
Egresada de la Maestría en Psicoterapia
ILUSTRACIÓN: PATRICIA VELAZCO JIMÉNEZ
alumna de la licenciatura en Diseño
DE Interacción y Animación Digital