

m o s a i c o
c e n t r a l
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L
a tecnología nos ha dado grandes herramientas de apoyo en distintas industrias para
la realización de diferentes actividades. Hemos visto aparecer y evolucionar cámaras
digitales, equipos de cómputo, la aparición de Internet entre muchos otros más, y hoy
en día el poder de cómputo similar al de hace diez años en nuestras manos a través
de un
Smartphone
o tableta electrónica.
Sin embargo desde sus principios estos avances, al igual que ventajas, han presentado
retos a la sociedad, los cuales han sido cubiertos de cierta forma y abordados tanto por
organizaciones no gubernamentales como por gobiernos y dependencias asociados a ellos.
No obstante, un sector vulnerable siempre ha sido el de los niños, quienes han adoptado
con mayor facilidad la evolución de las TIC que cualquier persona adulta. En particular, si en-
focamos la adopción a las redes sociales, encontramos que es impresionante, ya que según
estudios en Europa casi el 80% de los niños entre 13 y 16 años tiene un perfil en la red social.
Es importante recalcar que muchas de las redes sociales tienen una edad mínima para
su uso. En el caso de Facebook es de 14 años y muchos de los padres autorizan el uso de
la red social incluso sin supervisión de ellos mismos.
Pero, ¿Por qué limitar su uso a una edad mínima de aprobación? Como sabemos, mu-
chas veces en nuestro perfil vemos noticias o contenido que no debería llegar a manos de
un menor de edad, como videos o imágenes, o simplemente el lenguaje que ocupan algunas
de las páginas en Facebook.
Por otro lado, descartando el contenido que circula en las redes sociales, estas mismas
facilitan el anonimato ya que el simple hecho de poder tener una cuenta es proporcionar
unos datos mínimos necesarios para crear una cuenta, lo que representa una herramienta de
“trabajo” para redes de pederastas o estafadores.
Lo anterior representa adicionalmente un reto, difícil de controlar pero no imposible, ya
que con ayuda de los padres de familia, se debe garantizar un monitoreo amplio del uso que
dan los menores a las redes sociales.
Recientemente hemos escuchado con mayor frecuencia la palabra de
terrorismo tec-
nológico y guerra cibernética.
La situación más reciente se presenta cuando de la mano
de la promoción de la película “The Interview”, se propone la transmisión en línea de la
misma a través de un servicio de Sony (marca dueña de la casa productora de la pelícu-
la). La noticia no fue muy bien recibida en Corea del Norte, ya que la película presenta en
una forma divertida al líder norcoreano Kim Jong-un. Esto nos presenta una nueva guerra
intangible entre dos naciones, una guerra tecnológica que no fue de grandes consecuen-
cias, pero que presenta una nueva forma de respuesta.
Reconozco que la tecnología puede ayudar en muchas cosas, pero debemos enfocar
que su uso debe ser regido con base en las normas de una sociedad, en el caso de los que
nos dedicamos a fabricar tecnología (de cualquier tipo) debemos garantizar que las herra-
mientas que fabricamos se puedan alinear a no atentar contra la sociedad, sino a contribuir
a su desarrollo.
VIOLENCIA TECNOLÓGICA
Por Ing. Michael Sánchez Armenta
Coordinador de Desarrollo y Sistemas de la
IBERO
Puebla
ILUSTRACIÓN: ma. lissette rojas tejeda
“Descartando el contenido
que circula en las redes so-
ciales, estas mismas facili-
tan el anonimato ya que el
simple hecho de poder te-
ner una cuenta es propor-
cionar unos datos mínimos
necesarios para crear una
cuenta”.
@zarzamora22