

m o s a i c o
c e n t r a l
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El respeto a la vida
en todas sus formas
Por Mtra. Susana Cruz Ramírez
Coordinadora de la Licenciatura en Ciencias Ambientales
y Desarrollo Sustentable de la
IBERO
Puebla
ilustración: PATRICIA VELAZCO JIMÉNEZ
alumna de la licenciatura en Diseño en Interacción y
Animación Digital
C
uando hablamos de respeto a la vida podemos hacer refe-
rencia a todas las formas que de ella emanan.
Se calcula que existen en el planeta más de 1, 666, 576
especies de las cuales se encuentran en nuestro país 108,
519. Entre ellos localizamos aves, reptiles, mamíferos, anfibios, pe-
ces, arácnidos, insectos, especies marinas; plantas como musgos,
algas, hongos, pinos, cicadas, palmeras y magnolias, entre otros.
Esto hace que podamos ver con toda claridad y certeza que no
somos la única especie en este planeta ni la más importante de todas.
Las cadenas tróficas dan cuenta de esto y en ellas se basa el delica-
do equilibrio de la vida y romperlas, puede traernos consecuencias no
deseadas para nuestra propia especie. La diversidad de paisajes de
biota presente en nuestro país –se plantea la presencia de 50 tipos
de vegetación- propone retos de conservación, de uso y manejo de
recursos naturales, así como de servicios ecosistémicos y de respeto
por las diversas formas de vida.
En este sentido, el principal reto es relacionarnos con esas di-
versas formas de vida y conocerlas para respetarlas. Cualquiera de
nosotros conoce ¿qué es un bosque mesófilo de montaña o un ma-
torral rosetófilo? Quizá no con este nombre, pero hemos disfrutado
de sus dulces frutos, plantas medicinales, ornamentales, condimen-
ticias, rituales, etc.
En México contamos aún con vegetación en estado relativamen-
te bien conservado: 95.82 millones de hectáreas y en diversos es-
tados secundarios suma 42.15 millones hectáreas. El resto del país
corresponde a conglomerados urbanos de diverso tamaño, zonas
de agricultura, cuerpos de agua o terrenos sin vegetación aparente.
Con estos números, podemos entender que somos apenas
una diáspora como especie y en la diversidad genética de este
planeta. Conservar esta biodiversidad es tarea de todos y cada
uno de nosotros y preocuparnos por tener acciones concretas en
torno a ello desde nuestras trincheras, garantizará que nuestra es-
pecie siga coexistiendo con las demás.
El respeto a la vida pasa por el papel que tenemos desde nues-
tra propia concepción como habitantes del planeta y en nuestro pa-
pel como ciudadanos. Requerimos migrar hacia la construcción de
sociedades sustentables que conjunten el bienestar de la sociedad
de nuestra especie con procesos ecosistémicos que permitan man-
tener el desarrollo de la vida en nuestro planeta, sin embargo, ésta
no es una tarea fácil. Los grandes problemas ambientales a nivel
local y global nos interpelan e imponen enormes desafíos para las
ciencias, entre ellas las ambientales y las sociales, y para las socie-
dades contemporáneas en su conjunto.
En un contexto de crisis ambiental, el trabajo interdisciplina-
rio, la comprensión de su complejidad, la investigación-acción y
el diálogo de saberes, se convierte en un camino necesario que
puede conducirnos a una lógica de respeto por el otro y por los
otros. Estos otros con los que coexistimos y que nos brindan
paisaje, olores, colores y sabores. Ahí radica la importancia de
la biodiversidad.
“Requerimos migrar hacia la construcción de socie-
dades sustentables que conjunten el bienestar de la
sociedad de nuestra especie con procesos ecosisté-
micos que permitan mantener el desarrollo de la vida
en nuestro planeta.”