

m o s a i c o
[ 18 ]
Acciones justas y equitativas
¿Son necesarios los valores en la
Calidad del Servicio?
POR DR. REY DAVID NAVARRO MARTINO
Responsable del Proyecto de Calidad en el Servicio
Un mal que ha transformado a nuestras sociedades en la actua-
lidad es la corrupción y la búsqueda de intereses individuales de
servidores públicos, lo cual ha alterado el propósito de la calidad de
los servicios del Estado, responsabilidad de esas autoridades. Los
motivos se cargan más a las conveniencias individuales o grupales
de enriquecimiento ilícito y el control del poder sobre la sociedad
en lugar de servirla. Esto se pudo constatar en el caso de Ayotzi-
napa donde el Edil, los policías y otros servidores públicos estaban
coludidos con los delincuentes y asesinos. Así no cabe la razón ni
el servicio y sólo impera el recurso de las armas para dirimir las dife-
rencias o intereses.
¿Puede florecer la calidad del servicio en un entorno basado en in-
tereses mezquinos?
POR LIC. ERIKA HERNÁNDEZ ACOSTA
Procuradora de Derechos Universitarios de la
IBERO
Puebla
Hay sucesos que nos hacen voltear la mirada y recordar las
condiciones que estamos atravesando. Para ello está el caso
de Ayotzinapa, realidad que nos enfrenta a esas situaciones de
pobreza en la que viven los estudiantes de las escuelas rurales
y donde se pretende impartir una educación en ambientes poco
seguros. Es ahí donde encontramos que los llamados Derechos
Humanos, como a la integridad, y a la educación, no se otorgan
de manera digna lo cual obliga a que los estudiantes salgan a
exigir al gobierno que deje de vulnerar sus derechos y al final
de topan con una enorme represión. Considero que desde la
visión jesuita y humanista debemos tomar conciencia y preocu-
parnos de los pobres, establecer distintas maneras de ayuda,
que van desde el implementar formas para el reconocimiento de
los derechos básicos de los estudiantes hasta acciones justas
y equitativas.
“El diálogo basado en sólidas leyes morales facili-
ta la solución de conflictos y favorece el respeto de
la vida, de toda vida humana. Por ello el recurso a
las armas para dirimir las controversias representa
siempre una derrota de la razón y de la humanidad”.
Juan Pablo II