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dirigida (y de manera equivocada además) como sinónimo de avances tecnológicos sin ahondar en
los procesos de cambio y aceptación de la sociedad de dicho término, llegando incluso a adaptarlo
dentro de campos diversos como educación, industria o comercio sin cuestionamiento alguno.
Si bien es cierto que el rompimiento de paradigmas, en favor de un pragmatismo consecuente de
un mercado global, ha impulsado el adaptar rápidamente tanto a la información como el
conocimiento como un producto de generación de valor y que asumen que debido a ello ya es
innovación, también lo es que no necesariamente la aplicación de una nueva tecnología es
innovación por sí misma.
Nos hemos encontrado con un movimiento en favor de las sociedades de la información relacionado
principalmente por el proceso de toma de decisiones (veamos casos como la aparición del e-
commerce, movimientos en las bolsas de valores o reportes climatológicos como ejemplos clásicos
de lo anterior) y en donde su principal utilidad se da la relación entre el número y la acción como un
simple acto tautológico donde sus actores principales basan sus decisiones en el resultado esperado
como consecuencia del conocimiento del sistema en cuestión.
Tratando de adaptar las corrientes educativas este efecto, el discurso universitario ha encontrado
espacio en las herramientas multimedia cuyo principal interés ha sido el desarrollar “las
competencias” del alumno hacia dos sentidos (Cisneros & García pag 2, 1999):
A)
Conseguir destrezas y actitudes necesarias para comunicarse
B)
Desarrollar autonomía personal y pensamiento crítico
El enfoque de las IES desafortunadamente se queda corto de acuerdo con la propuesta de Rosen ya
que no permite reinterpretar la necesidad creada por el modelo global puesto que supone que el
uso de las herramientas multimedia son lo suficientemente poderosas para sustentar este
aprendizaje.
Sería interesante observar la correlación de ciertos ejercicios constructivistas aportan hacia este
tema, considerando la integración que ciertas herramientas como por ejemplo: análisis de casos o
análisis de problemas pueden abonar hacia este camino.
Por otra parte el discurso de la sociedad del conocimiento se ha encasillado (en las IES) hacia la
investigación y desarrollo debido –creemos- principalmente a comodidad que le aporta a la
institución el mencionar la palabra innovación y relacionarla directamente con la tan mencionada
generación de valor.