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ranscurrieron 365 días con sus noches y no hemos encon-
trado ni verdad ni justicia. Ayotzinapa es una herida abierta
en la conciencia de los hombres y mujeres de todas las
edades y condiciones que sienten un compromiso con los
jóvenes, con la educación, con la población. La aspiración de construir
un mejor país pasa por la formación de los normalistas comprometidos
con los niños y niñas de las regiones más pobres de México. Los es-
tudiantes de las Normales Rurales tienen esa esperanza y el sistema
los golpeó.
Hace un año, la Comunidad de la IBERO Puebla alzó la voz junto a sus
pares del Sistema Universitario Jesuita y desde los primeros días de
octubre se sumó a las acciones globales por Ayotzinapa. La instalación
de las 43 sillas con las efigies de los normalistas, el pase de lista y
la multitudinaria participación de estudiantes, profesores, autoridades,
colaboradores y visitantes marcó la pauta para levantar la voz y señalar
enfáticos ¡Estos jóvenes también son nuestros estudiantes!
Las actividades diseñadas por la Comunidad aspiran a no olvidar esta
tragedia y este ejemplar de Mosaico es un repaso a todo lo que ocurrió
desde ese doloroso tránsito del 26 al 27 de septiembre de 2014. El
dolor de los estudiantes se materializó en la carta de Oscar Augusto
Juárez Mora, estudiante del Instituto Tecnológico de Estudios Superio-
res de Occidente (ITESO) y se convirtió en un video plurivocal al que los
estudiantes de la IBERO Puebla pusieron voz y rostro. Queda para la
memoria audiovisual este sentimiento solidario que de joven a joven ex-
presó este compañero, alumno de la universidad jesuita de Guadalajara.
La carta de una madre a su pequeño de ocho años se convirtió en insig-
nia.
Mamá, si desaparezco ¿a dónde voy?
Es la respuesta de Marcela
Ibarra, investigadora y especialista en migración, a su pequeño Santia-
go para intentar explicar el horror que viven las madres que buscan a
sus hijos desaparecidos. La ternura y cabalidad de la respuesta hizo
que el texto se reprodujera viralmente en redes sociales y ahora tiene
vida propia. Se convirtió en bordado y en cartel. A un año de la tragedia,
el texto sigue siendo una contestación amorosa para los pequeños que
se han acostumbrado a escuchar de los desaparecidos en las narrati-
vas informativas de los medios electrónicos.
El camino es largo, y la demanda de justicia nos obliga a tomar fuerza
para acompañar la aspiración de un México más justo. No nos con-
formamos con las versiones trucadas hechas pasar como verdades
históricas. La lectura cuidadosa de los hechos y la permanente postura
crítica nos obliga a exigir justicia. Y también nos compromete a luchar
a nuestro modo y desde nuestro lugar hasta encontrar a los 43 y a los
miles de desaparecidos que no pudieron esfumarse en el aire. Honrar
este compromiso por la búsqueda de la verdad nos acercará a la cons-
trucción de un mundo más libre y más justo.
T o d o s t u s c ome n t a r i o s y o p i n i o n e s s o n b i e n v e n i d o s :
mo s a i c o@ i b e r o p u e b l a . mx
DISEÑOGERMÁNMONTALVO.2015